ENCERRADO

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Jungkook corría por las calles angostas, intentando discernir el origen de los bombardeos que asolaban su hogar desde múltiples direcciones

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Jungkook corría por las calles angostas, intentando discernir el origen de los bombardeos que asolaban su hogar desde múltiples direcciones. El clamor de la gente aterrada resonaba en sus oídos mientras dirigía a los sobrevivientes hacia el castillo, el único refugio seguro que quedaba.

—¡Corran a refugiarse!—gritaba desesperadamente a los aldeanos, su voz apenas audibles sobre el estruendo de las explosiones.

La voz de una niña cortó el aire enrarecido por el humo y la destrucción— ¡JungKook!— Nayla, su hermana menor, corría hacia él con lágrimas desbordándose por sus mejillas.

—¡Nayla!—Jungkook se arrodilló frente a ella, desesperado por protegerla —¿Dónde están mamá y papá?— Su voz temblaba de angustia.

—N-No lo sé... Se quedaron atrás— sollozó Nayla, aferrándose a su hermano con fuerza.

—No te preocupes— trató de consolarla, aunque su propio corazón se llenaba de terror. —Iré a buscarlos, pero tú debes correr al castillo sin detenerte. Cuando veas al príncipe Taehyung o al príncipe Jimin, diles que eres mi hermana y que yo me quedé para ayudar. ¿Entendido?

—P-Pero hermano...

—No hay tiempo para peros. ¡Corre!

La niña obedeció, uniéndose a la corriente de refugiados que huían hacia la seguridad relativa del castillo. Mientras tanto, Jungkook se adentró en la zona devastada por el fuego. En su camino, encontró a heridos que clamaban por ayuda. Desesperadamente, intentó apagar el fuego creando remolinos de nieve, pero las llamas seguían propagándose más rápido de lo que podía controlar.

—¡Maldita sea!— apretó la mandíbula con frustración. Determinado a detener el avance del desastre, decidió congelar el suelo para reducir el alcance de las llamas. Sus manos se tornaron blancas mientras el hielo se extendía, logrando contener parcialmente el fuego, aunque no lo suficiente.

El hielo comenzó a derretirse bajo la intensidad del calor, y el fuego amenazaba con recuperar su fuerza devastadora. En el momento de rendirse, un viento frío lo envolvió, enviándole escalofríos. Una voz familiar le susurró al oído: "Tú ayuda a los demás".

Jimin apareció junto a él, pálido y con partes de su cuerpo extrañamente cristalizadas.

—Jimin...—murmuró Jungkook, desconcertado por la transformación del príncipe. Nunca vio nada igual.

—Apresúrate— ordenó Jimin, deteniéndose frente a las llamas que comenzaban a ceder bajo su influencia. Sus ojos brillaban con una intensidad desconocida, emanando un poder que desafiaba la lógica.

CORAZÓN DE HIELO || Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora