Capítulo 1

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{El brillo de un girasol}
[The shine of a sunflower]

Aclaraciones; los primeros capítulos donde Hayden es un niño serán narrados entre tercera o primera persona para facilitar la redacción.

California estados unidos, 20 de enero del 2001.
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En una silenciosa y pacífica habitación se encontraba una madre de abundantes pecas finas cepillando el castaño cabello de su pequeño hijo de apenas cinco años de edad. Hace unos cuantos días el pequeño de apellido Rossi había recibido una vacuna en el jardín de niños para evitar posibles enfermedades, contento le contó a su madre que no había derramado ni una sola lágrima y que no había echo escándalo en el proceso, orgullosa la mujer le prometió a su pequeño retoño llevarlo al parque favorito del pequeño donde le compraría un helado y le dejaría divertirse.

Ahora madre e hijo se alistaban para cumplir la promesa de la mayor. El niño tomo su mochila color rojo carmín con un pequeño avión bordado justo en el centro, el castaño de grandes ojos azules guardo algunos cuadernos y crayolas para entretenerse un rato en aquel parque.

La azabache tomo su bolso guardando un libro que se dispondría a leer en la recidencia del parque.
El pequeño se colocó la mochila a sus espaldas (cuya no pesaba mucho) esperando a que la mujer de ojos azules abriese la puerta para partir, una vez fuera de la casa el pequeño corrió hasta el auto abriendo la puerta que una vez fue desbloqueada con las llaves electrónicas que permitían abrir o cerrar las puertas a distancia.

Entre leves risas la señora Rossi subió en el asiento de conductor asegurándose que Hayden llevase puesto el cinturón de seguridad. Una vez completamente listos tomaron rumbo a ese divino parque de abundantes juegos y jardines que sacaban sonrisas a los visitantes.

La mujer bajo primero del auto abriéndole la puerta al pequeño ayudandole a desabrochar el cinturón que lo llevo completamente seguro en el transcurso.

[...]

Dándole un beso en la mejilla de su progenitora corrió hacia unos columpios de hierro que se encontraban libres. Dejo su mochila rojiza a un lado subiendo a uno de los columpios.

Impulsate con las piernas.

Recordó el pequeño siguiendo ese consejo que le dió su maestra en el prescolar. Con una sonrisa comenzó a balancearse de arriba abajo carcajeando risueño, entonces, su vista fue capturada por un niño de ojos avellana y cabello castaño oscuro que había subido al último columpio libre.

Con emoción Rossi detuvo su "volar" cuando el brillo de unos pétalos amarillos le llamaron. Curioso corrió donde la flor arrancándole con cuidado de la raíz.

Un regalo para un nuevo amigo...

Corrió donde el niño de bonitos ojos avellana, exclamando un hola llamando la atención del castaño oscuro. Con una sonrisa arrastro los pies detuviendo el andar del columpio para prestarle atención al ojiazul.

–¡Hola! ¿Quieres ser mi amigo?, Como muestra de mi amistad quiero regalarte este bonito girasol.–

Musitó el infante de apellido Rossi extendiendo el girasol hacia el mayor dedicándole una de sus sonrisas donde se podía ver qué le faltaba uno de sus dientes de leche.
Sonriente el niño tomo el regalo bajando ligeramente su mirada a Hayden.

– Está bien, ¡seamos amigos! Me llamo Dylan y tú?. –

Preguntó intrigado el mayor de los niños recibiendo casi de inmediato su respuesta.

– Mi nombre es Hayden...es un placer conocerte Dylan.–

Exclamó con un brillo en sus ojos desviando los mismos hacia cierta mochila con un avión bordado, sonriendo de forma amplia se acercó a su mochila tomándola de los tirantes.

– Ven Dyl, hay que dibujar.–

Decía con ánimos el menor subiendo por unas escaleras hacia el interior de una pequeña casita de madera donde el ojiazul había subido con anterioridad hace muchos meses atrás. Siguiendole por las espaldas venía el joven Tyler teniendo cuidado con el girasol.

[...]

Ambos niños se sentaron uno frente a otro en completa paz mientras Rossi sacaba todo lo que había en el interior de la mochila. Entretenidos comenzaron a dibujar diversas cosas que veían o recordaban hasta perder la noción del tiempo, una vez que terminaron su cometido se limitaron a arrancar aquellas hojas donde habían plasmado su "arte", contentos pegaron esos lindos dibujos en las paredes internas de la casita dejando en el centro un dibujo echo por ambos donde eran ellos dos tomados de la mano siendo buenos amigos.

También dibujaron el girasol.

Platicando de cualquier cosa que se les venía a la mente se perdieron en sus mentes hasta que el pequeño Rossi chillo horrorizado al escuchar el rugido de un trueno retumbar en el cielo.

Dylan con preocupación abrazo con sus bracitos al ojiazul diciéndole que todo estaría bien, que no tenía que preocuparse pues eso era algo normal en posibles lluvias. Y como ya dicho algunas chispitas comenzaron a caer alertando a las madres, a paso veloz ambas se encontraron en la casita dedicándose una sonrisa de cortesía, la madre de Tyler la señora T tomo la mano del niño comenzando a correr a quien sabe dónde y la mujer azabache cargo a su retoño entre sus brazos corriendo donde el auto.

Entre la distancia ambos niños miraron a sus espaldas encontrándose con los ojos de cada uno, sonriendo de forma amplia se dijeron adiós sin palabras pues sus miradas musitaban ese ruidoso y esplendoroso adios que no pudieron decirse por lo rápidas de sus madres.

Ahora el joven castaño de ojos azules abrazaba con anhelo su mochila mientras balanceaba sus pies hacia arriba y abajo mientras ansioso miraba por la ventanilla.

–¿Pasa algo cariño?.–

Preguntó la mujer dulce a su pequeño, este mismo se giró sobre sí mismo para ver a su amada madre negando rotundamente con la cabeza mientras sonreía.

–No pasa nada mami, es solo que quiero volver para reencontrarme con Dylan, es un niño muy agradable y tiene ojos marrones muy bonitos...son muy  claros–

Decía el niño con emoción en cada una de sus palabras, Martha enternecidá frenó en un semáforo en rojo aprovechando para ver a su niño acariciando su mejilla.

–Mi amor, me alegro mucho que hayas echo amigos....esperemos que te vuelvas a encontrar con Dylan, vamos mañana al parque....claro pero debes terminar tus tareas. –

Decía la mujer alejándose poco a poco del menor de los Rossi para poder volver a conducir pues el color verde decía que podía retomar su camino.

Encontrar personas nuevas es fantástico, y siempre debes mantenerte alerta pues puede que la próxima persona que conozcas pueda ser....

Quien complemente tu pecho....y sea tu brillo de girasol.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2020 ⏰

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