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Jimin murmuraba en voz alta mientras caminaba hacia la unidad de limpieza para librarse de la suciedad seca en su cara y manos.

- Guerrero obstinado. Estúpido. Piensa que me va a frustrarme, ¿verdad? - puso la mano en el panel de control para iniciar la lluvia de partículas y dejó que sus rayos eliminaran la sustancia viscosa de su cuerpo, pero aunque limpiaba su piel, no hizo nada para disminuir el furioso deseo en su cuerpo. O al menos, asumía que las reacciones de su cuerpo eran excitación.

Lo que empezó como un incendio en la parte baja de su vientre cuando Jimin lo había observado para después capturarlo, se convirtió en fuego cuando lo había tocado. Incluso ahora, después de lo que le había hecho, quería volver a su lado para acariciarlo de nuevo, poner su centro húmedo sobre su pene y ver qué pasaría.

Sin embargo, el imbécil lo había manipulado y disparado su esencia en su cara en vez de en su vientre. Peor aún, los estudios realizados sobre su especie mostraban que necesitaban un poco de tiempo para recuperarse entre los episodios sexuales. Se lo daría y la próxima vez que le visitara, nose molestaría en hablar, aunque le gustase oír su voz. "Quizás lo amordace". Sin embargo, por alguna razón, en vez de imaginar una tela llenando su boca, se imaginó su pezón. La imagen no hizo nada para enfriar su ardor.

Una vez limpio, dio un paso atrás y se envolvió en una toalla de lino. La curiosidad por su reacción ante su partida — junto a una extraña necesidad de verlo— le hizo ordenar al ordenador que le mostrara su habitación. Menos mal, porque él ya había deshecho los complicados nudos que sostenían su mano a un lado y ahora estaba trabajando en los otros.

Maldijo y echo a correr de regreso a su habitación, perdiendo la toalla por el camino. Entró justo cuando él liberó su otra mano. Sin embargo, sus piernas seguían restringidas, por lo que no podía saltar de la cama como su expresión ensordecedora le decía que quería hacer. Sentado en el colchón, cruzó los brazos sobre su pecho, puso una expresión maliciosa en su rostro que hizo sus ojos brillar y sus labios se curvaron en una sonrisa burlona.

- ¿De vuelta tan pronto? Ven aquí, mi pequeño príncipe ansioso. Te daré lo que necesitas.

A juzgar por su tono, él pensaba que Jimin necesitaba dejar de respirar.- No lo creo. Veo que tendré que hacer los nudos más apretados la próxima vez.

- No habrá una próxima vez y si yo fuese tú, correría ahora. Sal y tal vez, sólo tal vez, no sentiré la necesidad de castigarte.



Jimin se echó a reír.- Palabras mayores para un hombre que no puede salir de su cama. No me voy a ninguna parte. No he terminado contigo todavía, mi guerrero.

- Yoongi. Mi nombre es Yoongi. Recuérdalo, porque vas a gritarlo cuando te ponga sobre mis rodillas para el primero de tus muchos castigos.

Jimin se inclinó adelante, lejos de su alcance y dejó que una sonrisa lenta estirase sus labios. - Nunca diré el nombre de mi presa.

- Eres un joven arrogante - dijo, casi con admiración. - Qué pena, tendré que matarte.

- Me gustaría ver cómo lo intentas, susurró con voz ronca, acercándose más y fingiendo no darse cuenta de que estaba a su alcance.

Antes de que pudiese hacer su movimiento, su mano salió disparada y golpeó un punto en su cuello.

Yoongi logró abrir los ojos como platos por la sorpresa antes de caer. Jimin soltó un suspiro de alivio. No estaba del todo seguro de que funcionaría. Pero ¿por cuánto tiempo?. Lo empujó hacia atrás y su espalda se estrelló contra el colchón. Rápidamente, ató las cuerdas y luego se dirigió a un rincón para agarrar las esposas de metal que había traído de su nave. Había esperado no tener que usarlas, ya que eran bastante ruidosas, sin embargo, por la facilidad con la que había deshecho sus nudos, necesitaba algo más resistente que impidiese su liberación.

Mientras yacía aún inconsciente, encontró una de sus camisas y la mojó utilizando una jarra de agua que había ordenado a la unidad culinaria de la nave. Le limpió la semilla de su pecho y barbilla, más por sí mismo que por él. Tocar esa cosa fría y seca no le resultaba muy atractivo, teniendo en cuenta que podría tener que apoyar las manos en su pecho cuando lo cabalgara, por lo que prefería ocuparse de ese asunto ahora.

Pasó la tela por su pecho y antes de que poder evitarlo, la deslizo por su polla dormida. En reposo, parecía tan dócil, para nada como el erecto poste, pulsante de antes.

- Debes intentar besarla si quieres que se despierte - dijo en un murmullo ronco, sorprendiéndolo.

No se sorprendió por su rápida recuperación, pero si por su sugerencia, Jimin le dirigió una mirada astuta.- ¿Cómo esto?" Agarro su polla con firmeza, se inclinó y la llevó a su boca y entonces presionó sus labios contra ella. Lo había visto en los vídeos y en cada caso, los machos se endurecían al instante. Él no era una excepción.

- Eso no es un beso. Un verdadero beso tiene lengua - se burló.

"Escogí muy bien. Aunque es mi prisionero, piensa que puede darme órdenes y no muestra miedo." Sopla suavemente sobre la cabeza de su eje y se agitó, endureciéndose aún más.

Pasó la punta de su lengua alrededor de la gorda cabeza. Él no dijo ni una palabra, sin embargo, escuchó que se le aceleraba la respiración y sopló sobre la piel húmeda antes de chupar la punta en su boca, cómo había visto hacer en los instructivos vídeos. Un sabor dulce y salado golpeó sus papilas gustativas y Jimin retrocedió ligeramente, frunciendo el ceño. "¿Ya me dio su semilla?"

Observó que no salía a chorros como antes y que su pene seguía firme, listo para penetrar su sexo. Se subió a la cama, se sentó a horcajadas sobre él y la punta de su polla empujó contra su hendidura.

- ¿Tan pronto?. Había pensado que ¿tal vez que me dejarías devolverte el favor?

El hambre y la apreciación sensual hizo que sus ojos brillaran mientras lo miraba y sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa. El cuerpo de Jimin se estremeció en respuesta, el calor abrasó su sexo al preguntarse qué sentiría al tener su boca en su sexo, tocándolo, como Jimin lo había tocado. "Como he visto en los vídeos." Todos los receptores que había observado parecían disfrutar con ese acto tan íntimo.

"Pero no me dará un niño." Negó con la cabeza, sacudiendo su pelo. No, su curiosidad no importaba, sabía que para terminar su misión, necesitaba tomarlo en su cuerpo. Antes de que su polla se ablandara de nuevo— o aceptara su decadente sugerencia— Él se sentó rápidamente sobre su longitud.

Y gritó sorprendido por el agudo dolor repentino.

*Intencional-Abduction* YOONMIN ( ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora