El precipicio en la consecuencia,
la agudeza de la razón,
sin limite de sustancias
que dilatan el corazón.
Con anhelo de la vida,
junto a ella se conlleva,
el destino lo mantiene
con paciencia cada día.
Con la luz que viaja,
con su tardío continuo,
a la espera de lo sensible,
a gusto de obedecerlo.
Acompaña el ejemplo,
conforme a las estrellas,
recaen los abismos
bajo sus virtuosas miradas.