Señora

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¡Señora! Llevo quince años sin saber de ti, sin tocar tus manos, sin mirarte a los ojos. Ya ni recuerdo ese olor que te identificaba, ni mucho menos el rojo carmesí de tus mejillas.

¡Señora! Pero aún recuerdo tus últimos pasos, lo que comiste antes de tu muerte y sobre todo, como me miraste segundos antes de apagarte.

¡Señora! A los 4 años un niño no puede entender por qué no te levantabas de esa caja; ni mucho menos por qué te echaban tierra esas personas ¡Pero Señora! Era solo un niño que no sabía que mañana al despertar, ya no tendría a su mamá.

¡Señora! Te cuento que ya no hago regalos el día de las madres, ni siquiera iba ese día a la escuela, era un dolor que me carcomía el alma y tener que ver a otros niños abrazar a sus madres; mientras en las sombras estaba yo, sosteniendo una rosa que jamás podré darte.

¡Señora! Me enseñaste a caminar sin tropezar, a hablar y a decirte mamá. Tú que me enseñaste de todo, menos a acostumbrarme a tu ausencia y ahora, le tengo miedo a la soledad.

¡Señora! Ya han pasado 16 años desde tu partida y aún no la supero. Me contaron muchas cosas de ti e incluso todo lo que sufriste antes de morir. Ahora anhelo encontrar a una mujer que se asemeje hasta en lo más mínimo a ti.

¡Señora! Te cuento por hoy, una última cosa, aprendí a jugar ajedrez y ahora soy la burla de la gente; porque me gusta intercambiar los roles e imaginar que eres tú... solo tú, y ahora la pieza más importante ya te has de imaginar cuál es ¡Sí! La dama.

¡Señora, cualquier mundo sin ti es un infierno! Y solo ruego que al menos me esperes un poco más. Si supieras que a mí también el tiempo me está quitando la vida, y quizás mañana sea mi último despertar; pero mientras ese día llega, hoy quiero ser yo el que te dice: dulces sueños, mamá.

Dedicado: Isidora Auxiliadora Reyes Moreira (Mi madre).

El Arte de Ser YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora