La Dama del Ajedrez

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Hola, esta carta es parte de la historia que estoy creando. La muerte de ti, mamá, un dolor sin tiempo de caducidad había creado. Pasaron los años y una mujer semejante a ti, mi dolido corazón, no ha encontrado. La misma frase maldita "Conoce una buena mujer, menos que ella no debes estar esperando" ¿Quién diría?, incluso muerta tu imagen grabada aún seguía palpitando ¿Por qué? ¿Por qué comenzar con un recuerdo del pasado? Sencillo, porque mi vida es como el ajedrez, al perder mi dama mi juego ya estaba acabado.

Dulcinea, eres como el regalo de navidad que un niño de cinco años estaba esperando; tan pequeña y frágil, más brillante que cualquier otro regalo ¿Saben lo mejor de todo? Que este regalo se parecía a la pieza de ajedrez que el destino le había arrebatado. 

¡Oh, amigos míos! Si el mundo conociera mi regalo, aquella bailarina de la caja musical que yo desde el día uno he admirado ¡Por favor!, ¡te pido que sigas girando! Baila para mí, déjame admirarte un instante más con ese vestido blanco, y al terminar la tonada pedirlo una vez más ¡Déjame admirarte! pero esta vez no bailes, deja que el mundo se detenga, que no importe nada y que se pause todo, solo con la condición de quedarme con la luz de esos ojos, las ojeras, el pequeño lunar que escondes, los dos tatuajes y, ¿por qué no?, tus labios rojos.

Cariño, ya van doscientas cuarenta palabras y esta introducción aún no he terminado. Que tristeza es para mí no poder dar más de lo que hoy te estoy dando; pero quédate un día más y verás que mañana el mundo se callará, mientras yo de tu nombre hablo. Porque quiero ser yo el hombre que te alague cada vez que tu rímel este regado, el que te diga "buenos días", el mismo hombre que le gusta tu cabello alborotado. Pero, y si no soy yo quiero que estés con alguien que te mire como yo lo hago: El reflejo de la mujer que me crió al nacer, el reflejo de la mujer que yo amo (La primera dama de mi ajedrez).

¡Con cariño , Adonys Reyes!

El Arte de Ser YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora