Invasión

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—Han transcurrido cinco horas desde la invasión de lo que se dice son zombies. Agh! —El hombre, un reportero gritaría de horror tras ser rodeado por varios zombies y devorado frente a la cámara.

—Militares y científicos están buscando la cura para esta epidemia que se a extendido por toda América, solo nos queda rezarle a Dios para que esta pesadilla. Agh! —El segundo reportero desde una ubicación diferente seria atacado por un zombie que apareció de la nada, la transmisión se detendría a los pocos segundos.

Cinco horas antes.

Mike, un chico popular; ya que ocupaba el mayor tiempo de su vida realizando deportes. ÉL estaba en su salón de clases, observando de reojo a Marisol, la cual es la chica de la que se encontraba enamorado. <<se ve muy linda hoy ¡Debo ser valiente y confesarme! ¡Debo demostrar que soy capaz de confesarme a ella!>> hablaba en su cabeza apretando sus puños bajo la mesa.

—¡¿Mike estas poniendo atención!? —La profesora le lanza una tiza; golpeándolo en la frente, al notarlo distraído.

Mike lanza un quejido de dolor a la vez que acaricia su frente.

—Perdón profesora. —Sus mejillas se tornan rojas.

Varios de los estudiantes no pueden evitar las carcajadas.

—¡Silencio! —La profesora golpea su propio escritorio con un libro a la vez que frunce el ceño.

Por otro lado, Kile; un chico señalado como antisocial, aburrido y amargado caminaba por los pasillos del instituto.

—Kile, deberías estar en clases. —habla un profesor que se acerca al adolescente.

—No estoy de humor como para ir a clases. —dice en voz baja.

—Está bien, si es porque te sientes mal puedes ir a descansar, pero recuerda pedir la materia, pronto serán los exámenes ¿vale? —comenta el profesor alejándose de Kile.

—Sí, lo sé... —Kile sigue caminando para subir hasta el tercer piso, el cual estaba vacío y se encierra en un salón de clases poco utilizado para dormir.

La campana del instituto resuena avisando que era la hora del receso y varios estudiantes salen. Una estudiante camina cerca del portón, ve a un hombre caminar como si estuviera ebrio, se acerca al hombre para asegurarse de que se encontraba bien.

El grito de la estudiante se escucha por gran parte del instituto.

—¡¿Qué sucedió!? —Un profesor se dirige al portón; el cual está abierto y entran varios seres humanos cubiertos de sangre atacando a estudiantes, profesores, y demás personal del instituto.

En minutos el interior de la academia se transformó en un infierno. Gritos, sollozos, vidrios destrozándose y pisadas por doquier eran la sinfonía que oían los que lograban mantenerse con vida.

Mike correría por los pasillos del instituto huyendo de la horda de hambrientos zombies, los cuales no eran no muy rápidos ya que la mayoría de sus movimientos eran torpes, pero tampoco muy lentos.

Marisol por su parte se escondió en un salón de clases junto a unas amigas, pero los zombies las encuentran tras atravesar las puertas, no le queda de otra que correr por el instituto. Ella llora ya que sus compañeras fueron atrapadas y tuvo que mirar de reojo cómo dientes humanos les atravesaban carne, masticaban y tragaban.

Kile se despertó al escuchar el alboroto y se levanta para ver que sucedía. Al ver a los zombies devorar a los estudiantes se sorprende más que asustarse. Cuando los zombies lo detectan este regresa al interior del salón y rompe una escoba que estaba allí para poder defenderse, los muertos vivientes destrozan la puerta para atacarlo y él sale rápidamente por la ventana, para ir al siguiente salón de la derecha.

<<¿¡Qué demonios sucedió!?>> Pensaron al unísono Mike, Marisol y Kile. Los tres corren por sus vidas a través de pasillos manchados de sangre, viseras y cadáveres que obstaculizan el camino.

Los zombies gruñían mientras iban tras esas presas.

Ciudad de muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora