Nuestro Amor

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Y ahi estaba de nuevo, no había día que no la observara desde la ventana de la biblioteca, pero esos días están a punto de terminar ya que tu pronto vas a graduarte e irte lejos de esta ciudad.
Me gustaría ser mas valiente y decirte todos estos sentimientos que tengo por ti, pero cada que estoy cerca de ti, me quedo en blanco y me pones sumamente nerviosa, como no puedes darte cuenta de lo torpe que me vuelvo cuando estas cerca, cada vez que te pido me ayudes con matemáticas o revises alguna de mis tareas.
Me das tanta paz pero a la vez haces que mi corazón se acelere, cada que acaricias mi cabeza o tomas mi mano en alguna de nuestras presentaciones como Azalea, me gustaría tener más de esos gestos pero sobre todo, me gustaria poder besar esos hermosos labios y que esos ojos aquamarina siempre me miren solo a mi.
De repente, salgo de mis pensamientos al escuchar tu voz, como fue que llegaste aquí, cuando hace nada estabas afuera platicando con Kanan...

- Hanamaru san, estás bien? -No me mires asi por favor, no con esa mirada de preocupación que siento esconde algo más.

- Dia san, l-lo siento no me di cuenta de que estaba aquí, solo es eso zura. -Seguro mi cara esta roja.

- Me di cuenta, lo siento si te asuste, pero estaba hablando con Kanan sobre la próxima presentación de Azalea y vine a decirte que nos reuniremos mañana para ver los horarios de práctica y bueno, a-además me gustaría saber si q-quisieras ir por un helado cuando termines aquí. -Te sonrojas viéndote aún más hermosa, derrumbando mis defensas...

- U-un h-helado?, C-claro, me gustaría Dia san, supongo Ruby chan también vendrá con nosotras?. -Como siempre, mi lado pesimista tiene que salir, pero no quiero hacerme ilusiones tan rápido.

- No, Ruby de hecho irá a casa de Chika junto con You san. Solo seremos tu y yo, p-pero si no te sientes cómoda puedo decirle a Kanan o Mari que nos acompañen. -Tu expresión es triste y no me gusta para nada verte con ese semblante y menos por lo que dije.

-NO! n-no es eso Dia san, nunca me sentiría incomoda a su lado al contrario, me gusta estár con usted, solo que cuando salimos, Ruby chan siempre viene con nosotras, por eso pensé que sería igual zura. -Oh no, que acabo de decir, tragame tierra.

Y aquí estamos, ambas sonrojadas. Si alguien entrara y nos viera asi seguro pensarian que actuamos como dos tontas enamoradas, aunque no se si Dia san siente lo mismo que yo, pero al ver sus reacciones y todas esas muestras de cariño y preocupación por mi, muchas veces me hace pensar que me ve más que solo la mejor amiga de su hermana pequeña y que me quiere al igual que yo a ella y no me ve como solo una niña.

- M-me alegra escuchar eso Hanamaru san. -Y ahí está, esa hermosa sonrisa que me derrite. -Te estare esperando afuera.

- Si. No tardaré, solo voy a donde Mari chan a dejarle las llaves y la alcanzo, zura. -Solo aciente y se retira.

Oh dios, que haré ahora, jamás pensé que me invitaría a salir, y si aprovecho y le pido algún consejo a Mari chan?, no no, que puedo decirle, "Oh Mari chan, sabes, he estado enamorada de Dia san desde que Ruby nos presentó y ahora ella me ha invitado a salir pero soy tan torpe que no sé como actúar, así que quiero un consejo", definitivamente no zura.
Solo es una salida de amigas y compañeras de sub unidad, si, solo eso, no tengo porque estar dandole tantas vueltas. Ahora a dejar las llaves que Dia san me espera zura.

- Lista Hanamaru san?. -Y ahí está, con ese porte de princesa que me encanta junto con esa hermosa sonrisa y esa mirada que me confunden.

- Si zura, muchas gracias en verdad. -Le doy la mejor sonrisa que tengo y la única que solo ella sabe sacarme.

El camino a la heladería fue muy ameno, y como no serlo si tenemos tantas cosas en común, es como si las palabras nunca se acabaran y siempre hubiera algo de que hablar después de terminar algun tema. Me sentía tan cómoda estando a su lado, podía ser yo misma, esa chica que ama los libros sin ser despreciada por ello ni por mi tonta muletilla la cual tendía a salir mas frecuente cuando Dia san estaba cerca mío.
Al llegar y pasar el rato comiendo nuestros helados fue igual de agradable hasta el punto cuando Dia limpió un poco de helado que tenía en la comisura de mis labios, haciendo que ambas nos sonrojaramos para después simplemente reír como bobas.
Cuando salimos ya había oscurecido, así que Dia me acompañó a casa, asegurándose que llegara bien. No nos tomo mucho tiempo, pero al llegar recorde que mis padres no estarían, asi que estaba todo oscuro y tenía algo de miedo, si lo sé, como puedo tener miedo viviendo en un templo, pero en fin, Dia noto eso y se ofreció a entrar conmigo aun sabiendo que ella le temia mas a la oscuridad que yo.
Entramos y encendí las luces, y como agradecimiento a la tarde maravillosa que me había hecho pasar, le ofreci un té el cual aceptó quedandose un poco más a mi lado.

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