Amar, Querer y la Melancolía de un niño ||Sabigiyuu

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-¿Qué es el amor?- Pregunto un niño pequeño a su mejor amigo.
-¿El amor?- A que se refería el oji-azul, Sabito no entendía.
-Sí, el amor-.
-El amor- susurro el de ojos morados -Es un poco difícil de describir, todos tienen conceptos diferentes de esa palabra-.
-Entonces, Sabito, ¿Para ti que es el amor?-.
De nuevo otra pregunta difícil, pensó el mayor, aún así le iba a contestar.
-El amor, es un sentimiento único, suele ser bonito y calmado- Empezó el niño -Aunque hay ocasiones donde es amargo y doloroso-.
Giyuu se quedó mirando un rato la danza de las hojas, caían de forma bella sobre el lago, desnudando a los árboles lentamente ante las puertas de un frío invierno.
-Entonces- Hablo después de un rato, casi inconscientemente -El amor puede ser dulce cual caramelo o traicionero como katana-.
-Creo que lo vas entendiendo-.
-No es cierto, si es algo que puede doler ¿Porqué los seres vivos siguen buscándolo en todas partes?- Pregunto el azabache.
-Porque es un sentimiento único y los humanos somos masoquistas-.
-No lo entiendo!- Exclamó frustrado el menor.

Esa fue la conversación que se llevó acabo entre dos inexpertos en una tarde de Otoño.

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-¿Qué es querer?- De nuevo Tomioka y sus preguntas raras.
-¿Querer?- Repitió el de cabellos color carne.
-Sí, querer- Esto era prácticamente un Déjà vu -¿Querer es igual a amar?-.
Una carcajada interrumpió el silencio de un invierno, Sabito no podía dejar de reír.
-Nunca podrá ser lo mismo- Hablo luego de calmar su risa.
-¿Cuál es la diferencia?-.
-Mmmmm- No sabía como explicarlo.
-Mira- Luego de pensarlo se le ocurrió algo -Si tu quieres una rosa simplemente la arrancas, la conservas-Empezó -Si tu amas esa rosa, arrancarla te parecerá cruel, en vez de matar su último vestigio de vida sólo por un capricho infantil, la cuidaras y la verás como única-.
-¿Si la quiero la dañare y si la amo la admirare?- El menor empezaba a comprender.
-Exacto, aunque si la amas, el que sufrirá serás tú-.
-Ehh, ¿Y eso porque?- Pregunto un tanto molesto.
-Porque amar duele- Era algo sencillo -Si tu amas a una rosa será única en el mundo y con el pasar de las Estaciones está morirá, su muerte es sentencia en el frío invierno-.
Silencio, silencio de nuevo en la fría montaña.
-Y ¿Cómo se llama eso?-.
-Eso, Giyuu, se llama extrañar-.

Invierno, los inviernos son fríos y distantes.
El dolor se mantiene en el corazón de un inexperto en el amor.

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-¿Qué es añorar?-.
-Añorar es algo que extrañas, que te hizo feliz y quieres volver a aquel lugar- Las preguntas del menor eran cada vez más raras.
-¿Es normal que está conversación me produzca melancolía?
Una suave brisa se escucha entre el viento -No sabía que conocías el significado de esa palabra-.
El azabache hizo un puchero -Se el significado de varias palabras, solo te pregunto sobre lo que no entiendo bien-.
-Hey, Sabito, ¿Cómo sabes tanto de sentimientos? ¿Alguna vez amaste?- Un deje de celos se fue entre las preguntas.
-Algún día te lo contaré, pequeño- Dijo revolviendole los cabellos -Será como un cuento-.

Las conversaciones de primavera se evaporan como las flores de cerezo en el viento.

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-Creo que lo comprendo, cada cosa que te pregunte entre aquellos árboles- Un susurro interrumpe el silencio del atardecer-.
-Hey, Sabito, era demasiado tonto como para entender, demasiado inmaduro para saber amar-.
Las lágrimas adornaban las mejillas de un joven.
-Esta rosa es para tí- Plantó un pequeño capullo en la tierra- Será inmortal, florecera en primavera, bailará en verano, dormirá en otoño y morirá en invierno- Dijo con una sonrisa triste -Pero, no te preocupes, renacera con la venida de la primavera, en un ciclo sin fin-.
-Las personas, ciegas, creerán que es eterna. No lo entenderán, porque para ellos es una rosa igual a todas, pero para alguien que la ame es una tortura un tanto dulce-.
Se quedó un rato en silencio.
-Oye, ¿te puedo reclamar algo?- Dijo al final -Nunca me contaste ese cuento-.
-Y quiero saber algo ¿Fui aquella persona que amaste? Me gustaría creer que si -Una sonrisa triste se plasmó en su rostro de nuevo -Adiós, Sabito-.

Se fue dejando solamente una rosa junto a la lápida de su amigo de infancia.
Se fue amando a una persona.
Se fue queriendo ser egoísta.
Se fue añorando estaciones pasadas.
Se fue con la melancolía de un niño ante la persona que ama.