En un mundo donde existen las habilidades sobrenaturales, se desata una batalla de poder entre clases de género.
Al final...¿Quién es más fuerte?¿El destino o el instinto?
Un día común, una mañana cualquiera, el joven alfa de cabellos albinos había tomado el tren respectivo para ir al instituto.
En medio del trayecto, miraba absorto a través de la ventana, el vacío que aparecía bajo los rieles del puente de la tranvía.
El mundo tal como era, parecía tan aburrido, llena de cosas banales, nada que pudiera sacarlo de su aburrimiento propio o darle un motivo de vivir más pleno.
Era un alfa, pero jamás había sentido la necesidad de vincularse a alguien de la manera en la que los destinados lo hacían, por necesidad, por amor. Quizás ni tenía un destinado.
Su padre era un beta cualquiera, pero con una fuerte habilidad sobrenatural, su madre...¿Quién sería él? Porque su padre se había rehusado a darle un nombre, y Atsushi no tenía el mínimo interés en averiguarlo tampoco.
¿Para qué buscar a la persona que lo había abandonado?¿Para sufrir un nuevo rechazo?
Se conformaba con las atenciones y cariño de su padre y del director del orfanato.
Eso pensaba, hasta esa mañana.
Dazai tenía clases de arco a esa hora, nadie lo acompañaría a comer, no tenía amigos en quien confiar...todo gracias a su terrible posición como futuro sucesor de la Torre del Dragón.
Era un cargo que todos querían, pero Atsushi estaba más que seguro que nadie tendría las pelotas para aguantar la presión de ese cargo.
Comió su bento en el jardín trasero del instituto, allí quizás podría dormir algo...el estrés lo estaba matando, fue entonces cuando contempló una de la planta superior.
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"Es el destino" susurró el corazón del albino al ver a un chico delgado y cabello negro de facciones apoyado en el marco de la ventana.
La conexión entre ambos se completó apenas el azabache le correspondió la mirada.
Inevitablemente quedaron viéndose uno al otro con extrañeza, curiosidad y ansias...Un mundo nuevo para ambos, el destino, estaba abierto para ellos...
Atsushi tuvo miedo por primera vez en su vida, esta sensación de pertenencia jamás la había sentido y era aterradora.
Era como si de la nada sintiera deseos de servir, proteger y amar a ese chico por sobre todas las cosas. No le daba miedo precisamente por las consecuencias de ese deslumbramiento... Sino porque temía no ser adecuado para ese omega, como su padre no lo fue para su "mamá".
Mas el enlace no es algo que puedas o debas evitar...Eso lo sabe cualquiera
