Trastorno de identidad disociativo

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El trastorno de identidad disociativo, también llamado síndrome de personalidad múltiple es un trastorno verdaderamente complejo y fascinante que al ser estudiado puede cautivar y llamar la atención de muchos, incluyendo a directores de cine que han llevado está condición mental a la gran pantalla en forma de personajes memorables.

La siguiente información que recopilé es presentada por:
David Spiegel
, MD, Stanford University School of Medicine

En el trastorno de identidad disociativo, antes conocido como trastorno de personalidad múltiple, la persona está bajo el control de dos identidades distintas de forma alternativa. Además, la persona no puede recordar información que normalmente recordaba fácilmente, como los acontecimientos cotidianos, información personal importante y/o acontecimientos traumáticos o estresantes.

Un acontecimiento altamente estresante ocurrido durante la infancia puede impedir en algunos niños la integración de sus experiencias en una identidad única.

La persona tiene dos o más identidades y presenta lagunas de memoria para los acontecimientos cotidianos, información personal importante y acontecimientos traumáticos o estresantes, así como muchos otros síntomas, como depresión y ansiedad.

A través de la realización de una meticulosa entrevista psiquiátrica y de cuestionarios especiales, a veces facilitados mediante hipnosis o sedantes, el médico obtiene la información necesaria para establecer el diagnóstico de este trastorno.

La psicoterapia puede favorecer la integración de las identidades o, por lo menos, lograr la cooperación de las identidades existentes.

Se desconoce el número de personas con trastorno disociativo de la identidad. En un estudio pequeño, alrededor de un 1,5% de las personas sufrieron este trastorno en un año en concreto.

El trastorno de identidad disociativo puede presentar las formas siguientes:

Posesión

No posesión

En la forma de posesión, las diferentes identidades de la persona aparecen como si se tratara de un agente externo que ha tomado el control de la persona. Este agente externo puede describirse como un ser o espíritu sobrenatural (a menudo un demonio o dios, que puede exigir castigo por acciones pasadas) pero a veces es otra persona (a menudo alguien que ha muerto, a veces de manera dramática). En todos los casos, las personas hablan y actúan de manera muy diferente a la que lo hacen normalmente. De este modo, las diferentes identidades son obvias para las demás personas. En muchas culturas, estados de posesión similares son una parte normal de la cultura o la religión locales y no se consideran un trastorno. Por el contrario, en el trastorno de identidad disociativo, la identidad alternativa no es deseada, provoca una angustia y un deterioro importantes y aparece en momentos y lugares que no son apropiados para la situación social, la cultura y/o la religión de la persona.

Las formas de no posesión tienden a ser menos evidentes para los demás. La persona puede notar una alteración repentina en su sentido de sí misma, tal vez sintiéndose como si fuera observadora de su propio discurso, emociones y acciones, en lugar de ser el agente.

El diagnóstico se realiza por medio de una evaluación médica profesional. Los médicos diagnostican el trastorno de identidad disociativo basándose en la historia de la persona y en sus síntomas:

Las personas afectadas tienen dos o más identidades, y su sentido de ser ellas mismas y de ser capaces de actuar como tales está alterado.

Presentan lagunas de memoria para los acontecimientos cotidianos, información personal importante y acontecimientos traumáticos (información que normalmente no se olvidaría).

Están muy angustiados por sus síntomas, o bien sus síntomas les impiden desenvolverse en situaciones sociales o en el trabajo.

Los médicos llevan a cabo una minuciosa entrevista psiquiátrica y emplean cuestionarios especiales con el fin de identificar el trastorno de identidad disociativo y para descartar otros trastornos de salud mental. También se puede pedir la realización de un exploración clínica para determinar si existe algún trastorno orgánico que pueda explicar ciertos síntomas.

Las entrevistas pueden requerir mucho tiempo y el empleo cauteloso de técnicas de hipnosis o de sedantes administrados por vía intravenosa para lograr la relajación de la persona (entrevista facilitada con fármacos). A veces se pide a la persona afectada que lleve un diario entre las visitas médicas. Tales medidas pueden facilitar al médico el acceso a las otras identidades o aumentar las probabilidades de que la persona revele información sobre un periodo olvidado de su vida.

El médico también pueden intentar contactar directamente con otras identidades pidiendo hablar con la parte de la mente que participa en conductas que la persona no puede recordar o que parecen estar hechas por otra persona.

Los enfermos falsos hacen lo siguiente:

Tienden a informar excesivamente sobre los síntomas bien conocidos del trastorno y dan poca información sobre otros

Tienden a crear identidades alternativas estereotípicas

Por lo general, parecen disfrutar de la idea de sufrir el trastorno (las personas con trastorno de identidad disociativo a menudo tratan de ocultarlo)

Si los médicos sospechan que el trastorno es simulado, también pueden cruzar la información de varias fuentes para detectar posibles inconsistencias que descarten el trastorno de identidad disociativo.

Algunos síntomas pueden aparecer y desaparecer de manera espontánea, pero el trastorno de identidad disociativo no se resuelve por sí solo.

El objetivo del tratamiento del trastorno de identidad disociativo suele ser integrar las distintas personalidades en una única personalidad. Sin embargo esto no siempre es posible. En las situaciones en que no lo es, el objetivo es lograr una interacción armoniosa entre las distintas personalidades que permita un mejor grado de funcionamiento a la persona.

La farmacoterapia puede aliviar algunos síntomas específicos coexistentes, como la ansiedad o la depresión, pero no tiene efectos sobre el trastorno en sí.

Hola lindas personas, las he extrañado. Como un comentario personal (cabe destacar que yo no soy médico psiquiatra) quiero decirles y remarcarles que nunca se auto-diagnostiquen o se adjudiquen una enfermedad mental porque lo único que harán es desarrollarla falsamente.

Recordemos que la mente es extremadamente poderosa y podríamos conscientemente crearnos o materializar una enfermedad o condición mental "no óptima" que interfiera con el ritmo de vida que llevamos.

No porque creas que cumples con ciertas características de los trastornos, síndromes o condiciones mentales que he escrito, significa que las tengas.

Si de verdad te sientes muy identificado y ves cómo se van desarrollando día a día esos síntomas en tu vida impidiéndote tanto fisica como emocionalmente seguir con tus actividades te exhorto y recomiendo muchísimo ir a un psicólogo o psiquiatra.

Recordemos, por último, que ir al psicólogo o psiquiatra cada que sintamos que lo necesitamos no está mal Y nadie tiene porqué crearte una imagen errónea de ello. Cuidar de nuestra salud y estabilidad mental es primordial, no por ir a consulta médica de este ámbito significa que estás loco o mal de la cabeza.

Yo te apoyo, te escucho y te comprendo, mis mensajes están siempre abiertos tanto como para apoyo moral, psicológico y también para sugerencias de mi libro. L@s quiero mucho y nos leemos pronto, espero les agrade que haya vuelto.

No se olviden de dejar su estrellita y comentar.

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2019 ⏰

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