Aceptación

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Si pudiera describir breve mente el sentimiento que había experimentado en esos momentos la primera palabra que describiría sería alegría. Emoción, excitación y orgullo. Lo cuál se contraría y sería quitado por el eco que se daba en su pecho y recorría todo su cuerpo, como si estuviera siendo apuntado con un arma. 

Los gritos, el miedo y la tensión que se podía sentir desde afuera, por el mundo externo al sentir una muerte inminente llegar por algo que estaba fuera de su alcance era nada para el.

No estaba asustado, estaba impaciente. Lo había planeado en un tiempo relativamente corto pero no sería tan estúpido como para dejar un solo cabo suelto. Por aquella parte todo estaba bajo su control

La atenta mirada de aquel Clon que hacia unos meses había echo lo hizo sentirse mal, se sentía algo mareado y consternado. El instinto paterno que se comenzaba a desarrollar ante la figura del hijo que lo ayudaría en su soledad había evolucionando a una atrocidad la cuál Vlad Master no quería y no planeaba formar parte.

Aquel sentimiento era asqueroso, putrefacto y criminal, sabía que comparado con sus atentados y los intentos de asesinato que quería hacerle al padre del chico no eran nada. La gente se asustaría aún mas teniendo en cuenta lo que había descubierto y por lo que sentía en aquel momento sería una delgada línea entre lo criminal y lo depravado.

La palabra Pedofilia era algo que haría fruncir el ceño a mas de una persona, la imagen de un pobre niño siendo abusado sexualmente era algo que el mundo no dudaría en recriminar. 

Aún en sus años de juventud o incluso en los de su padre se consideraban las peores calañas que el mundo podría haber obtenido. — Que dios ampare a esos pobres niños y que las madres de el condado suspiren de alivio al ver a un monstruo como el tras las rejas. — Había escuchado en su niñez por descuido a uno de los hombres mas ancianos del lugar hablar de eso.

La idea de estar frente a uno de aquellos seres depravados era algo que en secreto a Vlad no solo le generaba un poco terror si no también curiosidad. Los niños eran los principales exportadores de aquel sentimiento, simplemente en su cabeza no entendía como una persona adulta preferiría estar con un niño a una persona de su edad. Porque si sabían que estaba mal aún asían esas cosas.

Cuando preguntaba al no obtener una respuesta brindada por su propia mente la única respuesta obtenida era ¨No se habla de esas personas¨

Nunca se imagino estar fascinado con características juveniles, viendo detenidamente el cuerpo del clon. Una estructura joven y una cara infantil que apenas iría madurando en unos años mas. Su cabellera blanca y una piel ligeramente bronceada lo volvía loco.

Tenía el dinero suficiente para contratar un buen terapeuta, tenía el dinero para tener medicamentos o incluso obtener una castración química. Pero no lo había echo, quería desesperada mente en un principió culpar a la vergüenza, al miedo y a la negación.

Pero aquellos sentimientos no habían tardado mucho en irse. Se sentía mas asqueroso que en el día del accidente. Acarició levemente la cara de aquel ser que no había logrado sobrevivir y beso durante unos minutos sus labios, el clon de la mujer por la cuál un día sufrió mucho lo miraba atentamente.

No había reproche, asco o incluso terror en aquella mirada. No la había programado para eso, cuando la miro después de abandonar un poco su cuerpo la miro sonreír. — ¿No me dirás nada?

— ¿Porque debería de hacerlo querido? — Le respondió con aquella sonrisa la mujer inexistente. — ¿Que crees que deba hacer? 

— Lo que creas mejor, me gustaría que fueras a mi a la que beses, pero si no puedes hacerlo besarlo a el. Besa a mi hijo Vlad — Aquellas palabras provocaron un ligero temblor en el, la mujer a la que amaba nunca hubiera dicho eso, — No se supone que eso es lo que día una madre Maddie. 

Decensó al infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora