Treacherous - Chaennie Fanfic

I - Constellations

Las estrellas están en exhibición esta noche.

El cielo tan oscuro y libre de nubes que sin mucho esfuerzo Jennie puede identificar cada constelación, trazarlas como un mapa con sus dedos, sus pensamientos fácilmente se desplazan a todo lo que su padre le enseñó sobre el espacio; atrás en el tiempo cuando su mente era tan inocente como para ver a su padre como un héroe.

Ahora ríe, recordando cuan ingenua era. Pese a esto reconoce que solo era una niña, como hubiese podido darse cuenta a esa edad que el trabajo de su padre no era salvar vidas sino más bien acabarlas, que la razón por la cual no estaba presente todos los días para darle un beso de buenas noches no era porque estaba ahí afuera luchando contra gigantes monstruos, sino que en vez de eso estaba matando y robando a personas inocentes.

Jennie presiona sus nudillos contra sus labios, lo suficientemente fuerte para sentir el contorno de sus dientes, tratando de suprimir el odio corriendo a través de su sistema. No es más que un mal hábito que ha desarrollado a través de los años, desde que su infancia fue aterrorizada por la misma persona que hoy plaga sus recuerdos.

Ella lo odia. Lo odia por arruinar su infancia, lo odia por destruir sus sueños, lo odia por todas esas veces que maltrató a su madre, lo odia por traerla a este mundo del cual nunca quiso ser parte, pero lo que más odia es ser recordada de ello todos los días.

Siempre ha sido alguien de aspirar por grandes cosas, nunca queriendo conformarse, y cuando era solo una niña ella no quería otra cosa en el mundo que no fuera poder tocar las estrellas; poco después comprendió que esto último era algo un tanto imposible y que ser una astronauta era su mejor oportunidad para estar lo más cerca de las estrellas. Su padre solía alentarla, le obsequiaba toda clase de libros sobre el universo y el sistema solar, la llevaba a galerías de exhibiciones relacionadas con el espacio, incluso le regaló un costoso telescopio para su cumpleaños.

Jennie estaba fascinada con lo inmenso y lleno de complejidades que es el universo. Si se decía ser infinito entonces ella quería saber por qué, quería indagar en lo que estaba más allá del entendimiento, quería explorar dentro de sus ilimitaciones y encontrar lo que nadie más había podido antes.

Y quizás, simplemente quería irse lo más lejos de ese lugar. No fue fácil cuando Jennie creció y empezó a cuestionarse las acciones que antes parecían lo suficientemente ordinarias como para no apartar la mirada lejos de sus revistas espaciales. Como cuando su madre lloraba en las noches procurando no hacer tanto ruido para no despertarla, como cuando empezó a notar las marcas moradas de moretones en su piel, como cuando su padre se marchaba por semanas sin decir ni una sola palabra, como cuando los niños de su escuela la veían con miedo cada vez que apenas y se les acercaba.

Y sí que fue difícil para una niña comprender la verdad detrás de todo eso, comprender que su vida como ella la veía no era más que solo una fantasía.

Así que el espacio y todas sus infinidades fueron el escape perfecto.

Funcionó por un tiempo pero sabía que tarde o temprano iba a tener que hacerle frente a su indetenible futuro, y soñar con tocar las estrellas ya no lo tenía permitido.

De la nada, en el extenso terreno donde se encuentra ubicada, surge un sonido distante de pasos sobre la grama y Jennie visiblemente se tensa, su respiración se detiene y su mano derecha por inercia va directo a la cintura de sus pantalones; donde yace escondida su pistola. No tiene tiempo de voltearse y subir el arma, porque antes de eso una voz demasiado familiar quiebra la densa atmósfera.

"Cualquiera pudo haberte matado en ese segundo que dudaste"

La voz de Irene es rasposa pero suave al mismo tiempo, acentuando las silabas perfectamente como siempre suele hacerlo. Permanece detrás, a unos metros de la espalda de Jennie, brazos cruzados sobre su pecho y mirada acechante; lista para atacar cualquier cosa alrededor del lugar que luzca lo suficientemente inusual.