Capítulo 30 "Dudas".

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Deja a YoonGi en la puerta de su casa y se despide con una pequeña sonrisa y la promesa de verle a la mañana siguiente, el pelinegro lejos de lucir cansado, parece emocionado ante las infinitas posibilidades de lo que pueda llegar a plasmar en un lienzo, "Cuidado Park JiMin" le advierte despeinando sus mechones rubios "Seré el siguiente Vincent Van Gogh".

Quiere reír y hacer un chiste al respecto, pero la repentina alegría en los felinos ojos café y las pequeñas encías rosadas que resaltan en medio de la sonrisa contraria terminan finalmente por derretir el corazón del rubio. Tiene las mejillas suavemente sonrojadas cuando con torpeza, logra devolver el gesto. "Seguro que sí, hyung. Descansa." Se despide, antes de marcharse.

Aguarda de pie frente a la puerta de madera jugando con las llaves, sus cejas se crispan en medio de un suspiro. "¿Qué ocurre contigo?" susurra girándose repentinamente con la mirada en alto. Una cabeceada. Se había dormido apenas ¿cuánto? ¿cinco minutos? Cómo se suponía volvería a dormir después de ese sueño... Intenta olvidarlo, pero no puede simplemente no pensar en YoonGi... Sus ojos azules reflejan el brillo de la luna antes de recorrer el jardín de margaritas.

"¿Qué me pasa?"

Todo parece tranquilo y sin sobresaltos cuando ladea el rostro hacia la fachada de la pequeña cabaña de su mejor amigo, todo; excepto él. Los latidos en su pecho se aceleran y no puede evitar elevar una de sus manos y acunar ligeramente el lugar en el que sabe, se encuentra su corazón. Dios, hay tanto, tanto silencio, que el sonido de sus propios latidos comienza a abrumar a JiMin, quien completamente aterrorizado, aún busca una explicación lógica.

Puede escuchar la grave voz del pálido repitiendo en un susurro.

"JiMin, creo que es muy tarde."

Una y otra vez. Resulta hipnótico, el sonido de su voz, un bucle incesante en el que quiere permanecer. No sabe cómo explicarse a sí mismo qué es lo que pasa, y cuál es la razón por la que de repente Min YoonGi le parece tan diferente y eso... eso es lo peor, porque YoonGi, sigue siendo el mismo. Obviamente... no desde que le conoció. Parece más alegre y brillante y JiMin no puede evitar preguntarse si era así con ese otro chico, con TaeHyung, si acaso YoonGi brillaba de la misma forma al verlo a él y en medio de una garúa de dudas que acaba por convertirse en una tormenta sin fin, JiMin entra a casa y se desnuda.

- Es mi amigo. YoonGi es mi amigo. - se asegura así mismo mientras abre la cortina.

Hay algo más, algo escondido en esa afirmación mientras el agua gotea sobre su rubia melena y JiMin cierra los ojos. No quiere decirlo. Es un chico.

Yo soy un chico.

Él es un chico.

¿Qué me pasa?"

Aguarda de pie bajo el chorro de agua fría que limpia su cuerpo, desearía - si fuera posible - que aclarara también su mente porque bordean las tres de la mañana cuando el rubio gira entre las mantas incapaz de conciliar el sueño. Tira de las cobijas envolviendo su cuerpo, pero de pronto, todo parece demasiado y acaba por quedar en ropa interior mirando fijamente la oscuridad entre las paredes de su habitación.

"JiMin, creo que es muy tarde."

Repite la voz de YoonGi. Y JiMin gruñe impaciente a punto de cruzar una difusa línea que no creyera posible, siempre ha estado ahí.

-Es muy tarde... para qué... - susurra a la nada con los finos rayos de luz dorada colándose entre sus cortinas. Dios, tiene calor. No suele hacer calor en otoño al alba, pero todo parece intenso y violento, las sabanas bajo su piel, la seda de los almohadones... ¿Por qué de pronto parece que va a incendiarse? Con un suspiro profundo, JiMin se levanta y abre las cortinas quitando el seguro de la ventana de madera para dejar que el aire enfríe un poco el ambiente antes de recostarse nuevamente.

Happy  │Yoonmin-JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora