Hospital Mental | Kookmin | Editando

• Cap 8 • "Confundido"

- Pero es tu oportunidad de salir de aquí antes de que cambies de opinión.

- ¿Crees que voy cambiar de opinión? Ja, me siento mejor que nunca.

- Haaa -Soltó un suspiro-. Entonces te quedaras, esta bien y respetaré tu desicion.

- Gracias por entender Somin.

Tenía que seguir en el hospital, no voy a abandonarlo, no ahora que más me necesita.

Luego de nuestra larga plática regresamos a la habitación para que Somin converse un poco con Jimin.

- Jungkook y yo ya platicamos y la felicidad de mi hermano es la mía.

-Respondió con una sonrisa-. Estaba un poco nervioso por lo que viste...

- Ví a dos personas que se quieren, si se sienten bien, me parece perfecto. -Dijo sonriente-. Y bueno, no quisiera irme pero lamentablemente debo.

- Me alegró que vinieras, debes venir más seguido -Dije abrazandola-.

- Trataré de hacerlo, quizá la próxima venga con Matthew, su pierna sano a la perfección.

- Sería genial que vinieran los dos, por ahora saludalo de nuestra parte -Respondí-.

- Lo haré, cuídense y cuida mucho a Jimin, alguien como él no encuentras fácilmente, adiós -Dijo dandonos un abrazo y salió de la habitación-.

-Sonreí mirando a Jimin-. ¿Qué pasa?

- ¿En serio me quieres? -Dijo algo tímido-.

-Me acerqué a él-. Sí

-Sonrió-. También te quiero Jungkook -Me dió un tierno beso y apoyó su cabeza en mi hombro-.

Jimin se veía muy contento pero de pronto su sonrisa desapareció.

*Mente de Jimin*

- ¿Qué pasa? ¿Estas bien? -Dije preocupado-.

Se quedó en shock por un momento, se veía pálido....

- No puedo..., no puedo, perdón Jungkook -se alejó bruscamente mientras se recostaba en su cama-.

- No entiendo, estabas feliz y ahora..., Jimin -Lo intenté tocar-.

-Se apartó-. No me siento bien, necesito dormir -Alzó la voz-.

- Me estas preocupando...

- Solo necesito descansar -Dijo incomodado-.

- Esta bien, si necesitas algo llamame -Dije preocupado pero no contestó-.

Estaba totalmente confundido por la reacción de Jimin, no sabía que la causó, varias preguntas abundaban en mi cabeza, una de ellas era si ¿hice algo mal?

Los días pasaron, creía que su actitud hacia mí cambiaría pero no fue así ya que trataba de evitar contacto físico y visual conmigo, y aunque en ocasiones quería tocarme o hablarme, se alejaba instantáneamente.

Un día por la mañana salí del cuarto molesto, y es que la situación se estaba descontrolando, en el camino choqué levemente con el director del hospital, el doctor Kim.