Única.

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Como cada noche, Yoongi se sentó frente a la ventana del segundo piso, asegurándose primero de apagar todas las luces de la casa y de dejar únicamente encendidas dos pequeñas velas con olor a vainilla que acomodó estratégicamente en la mesita de en frente.

Frank Sinatra sonaba en la radio de su celular y aunque era una melodía melancólica que hablaba sobre viejos amores, Yoongi sentía que cada nota lo acariciaba hasta lo más profundo de su ser con una sensualidad que lo encendía de maneras misteriosas.

Así que simplemente se perdió en la música. Llevó sus manos hasta los botones de su camisa negra y uno a uno comenzó a desabotonarlos para así deshacerse de la prenda que sin nada de cuidado arrojó a sus pies para después seguir con el pantalón y la ropa interior. El aire frío que entraba por la ventana erizaba su piel y le robaba un par de suspiros, pero el calor interno que sentía era incluso más intenso.

Las nubes avanzaban en su marcha y pronto la luna se reflejó en el cristal por lo que Yoongi le sonrió para darle la bienvenida, dedicándole en silencio una caricia que él mismo se regaló sobre su abdomen, arrastrando sus dedos a través del nacimiento de vello para ir bajando suavemente. Abrió de par en par las piernas y atrapó su todavía pene flácido para comenzar a bombearlo muy lentamente, de arriba hacia abajo, una y otra vez sin dejar de mirar ni un solo momento hacia la ventana.

Afuera titilaban las luces de la ciudad y las sombras de lejanos edificios, pero Yoongi sabía que entre la oscuridad había escondido algo mucho más hermoso, algo único y más complejo. Por eso se tocó todavía más rápido, presionando su palma contra la suave piel de su miembro ya despierto mientras que con su otra mano se acariciaba debajo de los testículos, apretando con dos de sus dedos que previamente chupó ansiosamente.

Sonoros sonidos viajaron por toda la habitación, concertando el erótico ambiente que significaba un hombre masturbándose frente a la ventana del balcón vecino. La música seguía sonando, lenta y profunda y Yoongi estrictamente se atrevió a presionar su entrada, rodando los ojos y pensando en el hombre que vivía en frente, el mismo que debía de estar viéndolo en ese preciso instante. Un guapo joven de nombre Jimin, de rasgos marcados y dedos suaves que lo habían penetrado la noche anterior.

Salvaje e intenso. Primero con su dedo pulgar, empujando con suavidad, acariciándolo en círculos justo como en ese momento se encontraba haciéndolo también, presionando una y otra vez, quemándolo y amándolo al mismo tiempo, metiendo las yemas muy lentamente para jugar un poco y después metiendo otro dedo de la mano contraria, estirándose aún más.

Yoongi seguía recordando lo bien que se había sentido. Lo mucho que había amado que el hombre recargara todo su peso sobre él mientras con una mano lo sujetaba y con la otra lo llenaba. Aún tenía sobre él la sensación de sus ásperos dedos apretando su piel, dejándole marcas rojizas y moradas. La manera en la que había enloquecido con sus gemidos roncos sobre su oreja o como había visto el cielo con la sensación de su lengua recorriendo su espalda.

Yoongi casi podía sentirlo de nuevo, como si el aliento de Jimin estuviera sobre su piel, calentándolo de todas las formas posibles.

Sin poder contenerse más, subió las piernas a la mesita sin importarle siquiera las velitas al lado, disfrutando del hilillo de vainilla que aún se colaba por su nariz. Rodó una de sus manos a lo largo de sus muslos y jugó con el sudor que caía de ellos sólo para recrear el toque ajeno que tanto anhelaba. Pellizcó sus pezones, torturándolos e imaginando que se trataban de mordisqueos. Se tocó el pecho, el cuello y enredó sus dedos entre las hebras de su cabello, desesperado porque fuera más intenso.

Todavía podía sentir la mirada indiscreta desde el balcón contrario y eso sólo lo incendiaba por dentro, motivándolo a lamerse la palma de la mano para con ella tocarse de nuevo su húmedo miembro. Palpó cada pliegue y cada rincón escondido, presionando y estirando.

Sus labios se encontraban completamente enrojecidos por las mordidas que les daba y por ellos se escapaban sonoros gemidos que armonizaban con la melodía que estaba a punto de terminar. La placentera incertidumbre de saberse visto le recorría la piel y las acaloradas fantasías de Jimin empotrándolo sobre la mesa lo hacían moverse más rápido. Más fuerte. Más intenso.

Siempre más.

Y Yoongi necesitaba más. Quería que Jimin lamiera su oreja, que empujara su cadera contra la suya, que lo hiciera gritar y perder la razón. Necesitaba que ese hombre fuerte lo marcara de pies a cabeza con sus besos. Así como unas horas atrás. Que le llenara completamente la boca, que lo tomara de la cabeza y lo empujara contra sí mismo. Que con palabras sucias lo llevara al límite.

Yoongi añoraba a Jimin, sin embargo se conformaba con su propio toque que por supuesto era igual de experto. La lírica había llegado a su fin, pero la melodía se resistía a terminar, así como él retrasaba su orgasmo entre sus manos que perezosamente delineaban la punta enrojecida; no obstante, entre la espesa nube de placer que lo envolvió repentinamente, su éxtasis lo alcanzó de forma violenta, electrizándolo y haciéndolo temblar entre gemidos y suspiros acuciosos.

La luna se había vuelto a esconder, tal vez tímida de la escena que él había protagonizado, y las velas se habían consumido al igual que la música había dejado de sonar, sin embargo Yoongi sabía que la noche recién comenzaba pues aún era receptor de la mirada penetrante e hipnotizada que seguía el ritmo de sus respiraciones inestables. 


—Buenas noches, Jimin—susurró jadeando y sonriendo, lamiendo el espeso líquido que había entre sus dedos.


La distancia era mínima, era fielmente consciente de aquello, y la vergüenza era algo que pocas veces en su vida había sentido. 


—Buenas noches, Yoongi—y su deseo iba en creces, como cuando escuchó, hasta el fondo de la ventana o el fondo de su mente, la voz de Jimin. 


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Tenía esto en borradores desde hace varios días, sólo que carecía de tiempo, pero yaaaa, por fin aquí. ¡Gracias por leer! 


Manohara1303, te adoro, bebé <3 

Killing me softly [Jimsu]Where stories live. Discover now