Abordo del andén

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Esta es la historia
de un gallardo y honrado caballero,
un joven poeta que de la lírica
devoto era

En propia esencia el dolor
lo acompañó, noche día
su amigo se volvía
susurrándole al oído
que rendirse debía

Sus años y experiencia
nulos fueron
para del maldito dolor deshacerse;
pero sus pupilas
se dilataban ante algo nuevo,
vibrantes como ellas solas
sus cuerdas vocales dejaban escapar el asombro
de algo nuevo descubrir;
pero eso no bastaba
para sanar su alma desgastada

De los pioneros en comprar el boleto para abordar al tren fue,
más sin embargo,
de los que abandonó
el andén también

Carcomido por la tristeza
que deja el amor
no correspondido estaba
cuando su esperanza se esfumaba

De sus ojos sólo brotaban
una tras otra las gotas
de esa tormenta que
en su delirio ensordecedor,
aquella dama le causó

Ya lo alcancé yo en la cumbre de la muerte,
solo y desdichado,
pero con dicho amor bien clavado
como si quién lo fijaba fuera una estaca con entero empeño
de recordarle que de ella
no era el dueño

Era un simple amante
que de su amor
le privaron ser el rey;
las alas le cortaron sin siquiera saber planear,
los caminos se le cerraron
cuando apenas empezaba a gatear

Y ahora no hace más que refugiarse de su condena,
añorando escapar de la pena tan tortuosa que él mismo propició

Añorando el descanso eterno,
y tal vez un perdón.

Pero sobre todas las cosas, añorando aquel amor
donde en un Nocturno a Rosario perdió la razón.

2019

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