Capítulo único

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Después de una tranquila velada, Kaito invitó a Shinichi a dormir en su casa, ya que era tarde para que él solo estuviera en la calle.

Mientras Kaito preparaba el cuarto, el detective esperaba en el salón, pero algo que no se esperaba encontrar lo sobresaltó.

La soga.

-Izuma –san, tú...

-Sí –responde apareciendo detrás de él- no puedo soportarlo más, ya has visto todo lo que me dicen.

-Suicidarse es un acto de cobardía, hay más opciones antes que esa, Izuma-san, no todo es de color negro. Yo te ayudaré, te lo prometo.

El mago-cantante se quedó atónito ante las palabras del chico. Sabía que tenía razón, pero es muy difícil seguir adelante cuando todos, absolutamente TODOS, te dejan solo.

X

Fue una noche como todas las demás, sin ningún ruido que pueda alterar el sueño, todo estaba calmado.

Kaito se encontraba mirando el techo, pensando en las palabras del detective. ¿De verdad iba a ayudarlo como había dicho? ¿Puede confiar en él?

Por otro lado, Shinichi, sin poder dormir, se cuestionaba como podría ayudarle. ¿Denunciando? ¿Investigar por él mismo? ¿Contárselo a la policía?

Su suspiro rompió el silencio que inundaba la habitación.

Necesito saber más sobre él, pensó.


X

Shinichi se despertó temprano, tenía que ir corriendo a su casa y coger lo necesario para ir al instituto y no llegar tarde.

Pero antes de marcharse, decide despedirse de su ídolo.

-Izuma- san, ¿estás despierto?

No hubo respuesta.

-¿Izuma- san? –pregunta abriendo la puerta-. ¡Izuma- san!

X

-¡Shinichi!

-Buenos días Ran.

-Que raro en ti que llegues tarde, ¿ha pasado algo?

-No. Oye, Ran.

-¿Que pasa?

- ¿Como ayudarías a una persona que no sabe como continuar su vida feliz?

-Estándome con ella todo el tiempo y hacerle olvidar sus problemas.

-Gracias.

-Pero, ¿a qué viene esa pregunta?

-Nada importante.

-¡Oye! ¡Nos os vayáis sin mí!

-Lo siento Sonoko.

-¿Habéis leído la noticia?

-¿Cuál?

-Izuma-san ha violado a otra chica. Que persona más despreciable.

-¿Que Izuma- san qué? –preguntó con un cierto tono de enfado.

-Sí, Shinichi, ha violado a otra chica.

El detective recordó el estado de su cantante favorito esta mañana, sentado al filo de la cama y tapándose los ojos con sus manos. Estaba sufriendo, otra vez. Y cuando alzó la mirada, logró ver sus ojos hinchados y rojos, pero aun así le dedicó una pequeña sonrisa.

¿Por qué finges ante mi? ¿No te das cuenta que quiero ayudarte? , estas cosas me las debes decir, se atormentó sin pronunciar una sola palabra.

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