Solo quince.

Prólogo.

No creía que esas historias románticas fueran verdad, hasta que me pasó algo parecido, podría decirse así, parecido. Lo conocí a él, después a otros, pero nunca era el correcto. La historia de Carla es la mía, puede que haya cambiado algo pero lo importante sigue siendo igual, es difícil hablar de tus sentimientos cuando no los tienes realmente claros, pero supongo que es más fácil escribirlos que contarlos. Tímida, es una de las palabras que me definirían en esos momentos, era demasiado tímida, la timidez era lo que más abundaba en mí, no me atrevía a dirigirle una palabra a un simple camarero de un bar para pedir un vaso de agua, como podría imaginarme hablando con un chico, teniendo una conversación o cualquier otra cosa, en mi cabeza sonaba completamente imposible. Hasta que un día paso, pretendo contaros mis romances, mis corazones rotos, mis ilusiones y mis desilusiones, todo lo que no me atrevo a decir pretendo escribirlo aquí. No quiero daros la lata con mis paranoias pero en fin supongo que si habéis llegado hasta aquí os interesará el resto, rianse conmigo, de mí, igual que yo lo he hecho. Parece que no, ahora parece que no, pero me costaba mucho abrirme y realmente me sigue costando aunque no lo demuestre.
Espero que esto sirva de algo, le sirva a alguien, al menos que disfrutéis leyendo mis gilipolleces y mis tonterías, sí, lo llamaremos así, tonterías. Y con esto ya os dejo leer mi historia, ~Solo quince~.