Capitulo 1

23 1 0
                                    

~Carla~
Para muchas personas su chico ideal es el típico príncipe con ojos azules como el mar, pelo rubio y familia de buena fama con algo económico que aportarles, pero créanme que ese no es mi caso.
Os hablaré de el chico perfecto, mi chico perfecto.
Ojos verdes, pelo oscuro, alto, más alto que yo, piercings, tatuajes, anillos, labios carnosos y suaves a la vez... Vale, puede que haya descrito al famoso Hardin Scott, pero qué más da, todos estamos enamorados de él, después de leer After ¿quien no? Rectifiquemos, me conformo con un morenazo de ojos marrones y alto. Que me quiera, que me respete, que me acepte como soy, y que me haga reír por favor, risa en mis momentos difíciles, que por cosas de la vida, no son pocas veces las que necesito que me saquen una sonrisa. Que sepa disfrutar de la vida como es debido, que sepa diferenciar lo que quiere hacer de lo que debe hacer, que le guste salir de fiesta pero también quedarnos en casa acurrucados viendo Netflix, responsable pero con su punto inmaduro, divertido y atrevido.
Si, sin dudarlo ese es mi chico perfecto, puede asumirse algo sencillo de conseguir, para mí nunca lo fue, dejando a un lado el optimismo de los demás esto se convirtió en algo tan difícil de encontrar como una aguja en un pajal.
Aún así la esperanza es lo último que se pierde, eso queremos creer.
Empecé a leer, aquí todo da un giro de 360°. After, de Anna Todd, me cambió la vida, me cambio mi forma de ver las cosas, puede que no solo a mí, puede que muchísimas más personas que lo leyeran le cambiara su forma de ver la vida, su forma de entender a los demás, su forma de querer enamorarse, de creer en el amor a pesar de todo.
Creemos en el amor hasta que nos hacen creer lo contrario, hay personas que nos hacen creer que el amor es una mierda, que nos hacen sentir que el amor es una mierda, te rompen el corazón, y luego desaparecen. Desaparecen de tu vida como si nada y tú no sabes cómo reconstruir todos tus trozos que se acaban de romper. Esta sensación no me llega a mi con mi primer amor, llega con mi primera despedida. Esa primera despedida que no quieres que pase, pero por ley de vida pasa, acaba pasando y los echas de menos, ellos te enseñan demasiado, su forma de ser con nosotros, te aconsejan, y te quieren, y se van si poder despedirte de ellos, sé que tarde o temprano tiene que pasar, pero honestamente me habría gustado pasar más tiempo con ellos, puede que esté escribiendo esto y a la vez esté llorando, pero es que los echo de menos, mis abuelos, estéis donde estéis, se me partió el corazón por primera vez cuando os fuisteis. Os quiero.
Volviendo al romance después de esta pausa dramática, empecé a leer, novelas románticas de todo tipo, me entusiasmaba tanto pensar que en algún momento de mi vida alguien podría quererme de esa forma en la que Hardin ama a Tessa, como Raquel ama a Ares Hidalgo, como Edward ama a Bella... Me fascinaba pensar en ello.
After fue el primero, pero por supuesto no el último, sigo leyendo miles de libros románticos y jamás me cansaré, estoy segura, mi profesora me recomendaba miles de libros, ella también era una romántica empedernida que le apasionaba la lectura, con ella descubrí a Megan Maxwell, a Elisabet Benavent, y muchos más escritores fascinantes, que hicieron crecer mi pasión por la lectura.

Solo quince.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora