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Camino por el pasillo de la mansión y estoy algo agotado. Ese día fue un día de discuciones familiares, siempre por el maldito dinero y los secretos que nuestro padre URSS había adquirido a traves de los años.

A pesar de todo, siempre hay alguien en la mansión que me hace olvidar todo lo que me perturba. México, es la sirvienta perfecta, el solo hecho de verla me trae energía al cuerpo. Aunque solo este por una temporada por una apuesta contra Ucrania, pero eso es otra historia

Abro la puerta de mi habitación y la veo ordenando mi cuarto.

- México, que bueno verte aquí en este momento. Hoy voy a requerir de tus servicios en mi habitacion.

Escucho la potente, varonil voz del joven amo, que me llama desde la puerta, asustandome y haciendo que por poco tirara una de sus camisas.

- Oh, amo Rusia, como ordene... pero, ¿que le pasa? Lo veo algo tenso.

Me acerco a ella y me siento en la cama.

- Sí, así es, las cosas han estado un poco tensas en general en esta mansión desde hace un tiempo. Y es bueno saber que puedo confiar en gente como tú.

Me relajo un poco más, sintiendo el estres saliendo de mi cuerpo.

- La verdad ahora me gustaría que me pudieras hacer un masaje como los que sabes hacer...

Suspirando lentamente dejo colgada por fin la camisa, y cierro el gran guardaropa de cedro de doble puerta.

- Entiendo, siento mucho escuchar eso Amo, aunque se que no esta en mi posición hablar de esto.

Acercandome a la cama subiendo en ella, quitando mis tacones en el proceso y dirigiendome a su espalda para darle un masaje.

Siento tus dulces manos acariciando mi espalda, relajandome.

- La verdad no quisiera involucrarte en los problemas de esta casa México, tu eres alguien que me da ese espacio en el que puedo olvidar todo...

Cierro los ojos.

- Hmm~ Tus manos se sienten muy bien, aunque agradecería que me ayudes a quitarme la ropa.

*joven amo Rusia*

Detengo mis manos en sus hombros para pasarme enfrente de el, arrodillarme para deslisar mis manos por su pecho alcanzando los botones, y empezar a desabrochar su ropa.

- Entiendo, solo que en ocasiones desearía hacer algo más por usted amo. Aun así, me alegra poder ayudar en algo y aliviar su carga un momento.

Desliso por completo toda prenda superior de su torso, mostrándo su piel rojiza en todo su esplendor, haciendo mis mejillas sonrojar.

Una de mis manos toca tu suave rostro tricolor.

- Lo que tu haces por mi, quizás es más importante de lo que tu te imaginas

*Por que me siento algo caliente, mi corazón... que significa esto*

- ¿Amo?

- Si, dime~

- Yo... haría lo que fuera por usted. -Siento su mano acariciando mi mejilla tricolor, acercando ligeramente su cara a la mía. - Lo que me pidiera...

- México... eres tan hermosa, desde que te vi por primera vez en esta mansión, vestida asi, has despertado cosas en mi. Quisiera tenerte solo para mí.

Me acerco más a ti, ahora mis dos manos acarician tu rostro y no dejo de mirar tu brillante mirada.

- Amo yo... yo *esto no es correcto, pero...*

Admirando sus obscuros y penetrantes zafiros puestos en mi.

- Yo también... Se que en mi posición, soy solo una maid aquí.

- México, no digas eso, no digas nada más. Ven y bésame~.

Atraigo tu cara hacia la mia, nuestros labios se juntan, me embriagan tus suaves y dulces labios.

Amo (RusMex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora