"Víspera" (Ami)

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"Christmas Tales"

Por:

Kay CherryBlossom

3. Víspera

(Ami)

A ella siempre le había gustado investigar y conocer sobre otras culturas. Devoraba con avidez montones de libros y revistas de expediciones, así como documentales sobre las costumbres de otras naciones. Particularmente, estaba obsesionada con la cultura clásica de occidente.

Por eso en cuanto tuvo la oportunidad, aplicó para un intercambio de estudios en Europa. Su asesor le había dado muchas opciones, una mejor que la anterior, hasta que finalmente se decidió por Alemania. Un país no demasiado grande en territorio, pero el mejor en lo que a ella le interesaba: la medicina.

Berlín era conocida por ser una potencia en conocimientos de la ciencia médica, e irónicamente había estado a punto de abordar un avión para allá justo hace tres años. Al final, su corazón de niña y su deber como scout pudieron más que su sentido de la aventura, así que se quedó en Japón. Y no se arrepintió... por un tiempo.

Pero una vez que todo se normalizó, no hubo más enemigos y todas volvieron a sus rutinas monótonas, Ami, tras no pensarlo demasiado, se decidió finalmente por marcharse de Japón unos meses para un seminario introductorio en aspirantes a medicina. Si aprobaba, obtendría excelentes recomendaciones para ingresar a la universidad, y la competencia era ruda, así que le beneficiaría muchísimo, aunque todo mundo le dijo que igual se quedaría en la institución que quisiera. Cualquier universidad querría a la brillante Ami Mizuno entre sus ingresados.

No hubo mucho drama en las despedidas, sólo compartieron una cenita modesta en casa de Rei. Era algo temporal. Siempre había sido una muchacha insegura y le daba miedo desapegarse de sus amigas, las únicas que tenía, pero también era muy madura para su edad, así que lo enfrentó. Quiso por una vez soltar el miedo a la soledad y asumir un pequeño riesgo. Aunque todas las chicas la apoyaron, no estaban rozagantes con la idea de no verla en seis meses y se fuera a un país tan lejano y diferente.

Aún así, un día se halló en un aeropuerto enorme, con una maleta en la mano y un diccionario en el bolsillo, emocionada por lo que le esperaría allá.

Después de pasar por varios problemas propios de ser extranjera y una chica sola, Ami trató de estabilizarse en unas cuantas semanas para irse acostumbrando. Vivía en un apartamento diminuto cercano a las calles centrales de Berlín, y la única persona japonesa que conocía en el edificio resultó ser bastante antipática, así que se enfocó en sus estudios. Pasaba día tras día concentrada en el seminario y por las noches estudiaba. Los fines de semana acudía a un negocio cercano a tomar té y paseaba por los museos. Cada fin de semana recibía cuatro e-mails de sus amigas y uno adicional de otra persona. Lita le contaba de sus manualidades, Rei sobre sus deberes en el templo, Serena lloriqueaba lo mal que le había ido últimamente sin su ayuda en los deberes y Mina le tenía al tanto de sus audiciones y su vida amorosa. Ella leía siempre con una sonrisa cada línea, las repasaba una y otra vez, y en tanto y tanto cerraba los ojos, imaginando sus voces y sus ademanes; pensando que estaban frente a ellas y no en otro continente. Luego, con una cosquillita en el estómago, abría los e-mails de Taiki.

Él era muy reservado y la mayor parte del tiempo demasiado cordial, pero Ami había aprendido a leer entre líneas sus textos. Había cosas que podía compartir con él y los demás no entendían. Detallaba cada cosa con cuidado y empeño, ponía notas personales y además hasta parecía que le leía el pensamiento. No le sorprendía, él era buenísimo para la escritura, ya había tenido la oportunidad de leer algo de su trabajo, aunque él siempre le decía que estudiaría para físico astronómico o algo así. Había algo en las palabras de Taiki que le hacía sentir demasiada nostalgia, pues a diferencia de las anécdotas de sus amigas, las de él se basaban en el pasado. En cosas que les pasaron, que vivieron juntos. Decía cosas como «Te escribo porque no deja de llover, y sé cuánto te gusta ver la lluvia por la ventana. Huele a tierra mojada y te imagino que usarías tus botas azules de lona. ¿Te acuerdas del día que se canceló el festival de las sakuras? Tú eras la única que estaba feliz, porque te gusta más la lluvia que las celebraciones. Bueno, más que cualquier cosa...»

Christmas Tales (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora