Tercero

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Espero les guste...

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"¡Gracias otra vez, vida!." Medusa gritó mientras arrojaba al suelo su cartera en una absoluta y enfurecida desesperación y pateaba la llanta de su pedazo de mierda de coche blanco, modelo 1985. Maldijo enconadamente al coche, a sí misma y a cada otra cosa en la que ella pudiera pensar. Se había despertado más irritable que el infierno. La cabalgata a la luz de la luna de la última noche con Shirou había sido fabulosa. Lo suficientemente fabulosa como para que ella perdiera la cabeza y le gritara que lo amaba. ¿De qué iba esto? Ella no se enamoraba de nadie, y mucho menos de un hombre que sólo hacía veinticuatro horas que había conocido.

Medusa pateó la llanta del coche otra vez como si mágicamente ésta hiciera funcionar el coche. Iba camino a casa para buscar ropas para una entrevista de trabajo. Pensaba regresar a su propia deprimente casa en Kuoh, un suburbio del norte de Fuyuki, al día siguiente. Accedió a una noche más con Sakura, pero eso era todo. Aunque estaba agradecida por el alivio temporal de su normal existencia, la realidad era que tenía que reorganizar su vida. Y eso incluía tratar con su coche de mierda.

"¡Maldito coche!." Esto hacía al coche equivalente al SPM. Contradictorio, cabrón y con ningún estado de ánimo para hacer la vida de alguien más fácil. Pero Medusa supo después de su indiscreción de anoche que nada iba a ser fácil esta mañana. En primer lugar, la magia empezó cuando el coche no arrancó sin un gran esfuerzo. Después de las tantas maldiciones suyas y de la diversión de Sakura, el coche finalmente se dio por vencido y decidió cooperar. Luego, cuando comenzó a recular por el camino de acceso de su amiga pelimorada, casi atropella a su gato. Ok, Medusa no era amante de los gatos, pero se habría sentido mal atropellando al felino de su mejor amiga. Esta excitación fue seguida entonces por casi ser golpeada por otro coche que no estaba obedeciendo una señal de alto.

Un tedioso dolor palpitante entre sus ojos le indicaba a Medusa que tal vez hoy no iba a ser el mejor día para una entrevista de trabajo. Esto fue confirmado cuando ella, una nativa del norte de Fuyuki, se perdió dos veces intentando encontrar el camino del lado sur hacia su casa. Luego su coche se detuvo siete veces en su viaje sobre la saliente de Gateway Bridge. A esto le siguió la perilla cayéndose de la radio de su anticuado coche, dejando sólo el estridente sonido de estática para volverla loca, y el aire acondicionado decidiendo, en sintonía, que no funcionaría tampoco. Perfecto.

Pero los dramas reales decidieron patearla justo cuando terminaba de atravesar la saliente de Gateway Bridge que se interconectaba con el norte y el sur de Fuyuki. Ahí fue cuando su coche comenzó a hacer sonidos que incluso para el oído no entrenado en mecánica de ella, advertía la fatalidad. No era inusual para su coche carraspear y renquear dramáticamente, pero estos sonidos eran excepcionalmente dramáticos y dignos de un Óscar. Logró maniobrar el coche mientras resoplaba y renqueaba pasando el tráfico principal hacia una tranquila calle afuera de Sandgate Road. Cuando el coche se detuvo, un fatídico escape de vapor se levantó majestuosamente desde debajo del capó, como si le dejase saber que éste era el punto culminante de un día medianamente malo. Y en ese momento, Medusa salió de su viejo coche blanco, arrojó su cartera furiosamente al suelo y le dio rienda suelta a sus sentimientos.

"¡Maldito estúpido coche!" Gritó Medusa mientras pateaba la llanta más próxima, rindiéndose a una verdadera furia roja. Tuvo un deseo repentino de llorar, lo que era totalmente raro en ella. No era sólo por lo que había ocurrido ese día o por Shirou Emiya y la mención espontánea de la palabra con "A". Era realmente por todo lo que había ocurrido en los últimos doce meses. ¡Dios, qué año de mierda que había sido!

Medusa había perdido su empleo cuando la compañía para la que trabajaba había caído en bancarrota. Su alguna-vez-fiable compañera de piso y su supuesta amiga, Angélica, se había largado después de robar la televisión, computadora y cualquier otra cosa digna de empeñar de ella, pero no antes de haber logrado acumular una montaña de cuentas usando el nombre de Medusa. Entonces, debido a sus problemas de dinero, la normalmente diligente Medusa había dejado que su póliza de seguros desde hacía dos años del Holden Astra venciera una semana después. Así pues, cuando un muchacho sin patente y sin seguro de diecinueve años chocó con su recientemente no asegurado confiable Astra, dejándolo hecho una ruina, Medusa se había visto obligada a comprarse este coche modelo 1985 del infierno. Probablemente un increíblemente buen coche en 1985 pero a diferencia del vino éste no envejeció bien.

Fate: Sexo y Amor [ShirouxMedusa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora