-Hoy quedaras a cargo- Maryse comento mientras acomodaba papeles en el escritorio- eres lo suficientemente mayor para quedarte Alec
El aludido con sorpresa asintió- Claro madre, me quedare, además no creo que pase mucho en 3 días-Maryse orgullosa sonrió- Claro que no hijo, pero si pasara sé que lo harás bien, me iré en cuanto Magnus llegue a hacer el portal-
Alec sonrió llevaba ya casi 2 años de relación con el brujo, ambos eran completamente felices, en ese momento tocaron la puerta-Pase-
La puerta se abrió dejando ver a Magnus Bane en quien los años no pasaban, con un extravagante vestuario consistido en una pantalón negro con lentejuela que brillaba, una playera de tirantes color plata, y un abrigo un poco delgado de color morado, entro a la habitación acercándose a Alec para dejar un pequeño beso en sus labios, miro a su suegra- El portal está listo, en cuanto lo decidas podrás irte.
-En este momento, es urgente lo que debo hablar con la cónsul Penhallow- dicho esto les dirigió una mirada cariñosa despidiéndose cerrando la puerta al salir-
-El gato se ha ido, los ratones podemos jugar-con picardía Magnus miro al pelinegro
-No, el gato dejo a este ratón como encargado- suspiro Alec, llevando una mano a su cabeza
-¡¿QUE?! Tenía planeado un buen fin de semana para nosotros solos
-Calma, no pasara mucho en estos días solo debo quedarme en el instituto
-Yo me quedare también -sentencio-quiero estar contigo- se apegó un poco, rodeando la cintura del otro, dejando un beso en su mejilla.
-Está bien, te quedaras en mi habitación compartiremos cama
-Oh cariño en el loft lo hacemos ¿Por qué aquí sería diferente?
-Porque están mis hermanos, sabes cómo son ellos-respondió el pelinegro
-Oh vamos estoy seguro que el rubio y esa pequeña galletita roja hacen más cosas que entrenar aquí, en cuanto a Sheldon e Isabelle, deben de tener también un poco de diversión- una risa ligera salió de sus labios
-Cállate, no me gusta pensar eso de mis hermanos- golpeo ligeramente le pecho del mayor
-¿Y qué hay de nosotros?- estaban completamente cerca, Magnus lo giro, haciéndolos quedar frente a frente, le dio un beso dulce el cual fue correspondido por el ojiazul, quien rodeo el cuello del brujo con sus brazos poniéndose en puntas desapareciendo los pocos centímetro de diferencia, el beso se intensifico, cuando la puerta se abrió otra vez
-Por el Ángel, no pueden esperar a hacer eso en no sé un hotel- Jace recrimino
Un Alec sonrojado lo miro- ¿Y tu cuándo aprenderás a tocar?
-Creo que nunca lo hará- Magnus aun sostenía a Alec entre sus brazos
-Se supone que está a cargo, no deberías hacer esto- hizo un gesto hacia ellos
-Y tú no deberías molestar, pero lo haces así que nadie está conforme- puntualizó el brujo
-Si estoy a cargo, es porque se bien cómo manejar el instituto y al mismo tiempo mantener mi relación, si no quieres que Clary sea la nueva entrenadora de Simon, será mejor que guardes tus comentarios
-No puedes hacerlo Alexander eres mi hermano, mi parabatai
-Y el encargado, asi que tómalo o déjalo
Jace se quedó callado mirándolo con sorpresa
-Lo tomamos, ahora nos vamos-Clary arrastro a Jace cerrando de nuevo la puerta
Alec quien había cambiado este tiempo se había vuelto más seguro, cariñoso, feliz, mostraba sus sentimientos sin importar lo que los demás decían
-¿En que estábamos?-Magnus atrajo su atención
-Estabas besándome- sonrió el cazador a su novio
Tomados de las manos caminaron a la habitación de Alec, quien abrió la puerta, la habitación era un poco gris , simple, solo con una cama en medoi, un armario, una ,esa de noche y otra puerta que llevaba a una baño privado,
Magnus entro esperaba encontrarse algo así, se dirigió al armario de su novio quien con urgencia trato de evitarlo, pero no lo consiguió el mayor ya había abierto el armario, mirándolo con horror
-Aquí hay más de 30 tonos de grises-exclamo con un chillido el brujo
-Claro que no esos suéteres son negros- señalo los dos últimos
-No, cariño eso es gris Oxford
-No tengo idea de que me hablas para mí todo es igual
-Y es por eso que estoy contento que me hayas dejado llevarte de compras
-El peor día de mi vida
-Lo disfrutaste, que me dices de lo que paso en el vestidor- sonrió con picardía haciendo que el oijiazul se sonrojara al recordar
-Bueno esa parte me gusto
-¿Y a quién no?-volvió a tomarlo de la cintura besándolo con intensidad
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