•R e g r e m o s a l p a s a d o•

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— ¿Chanyeol?...Chan...—apretó el agarre de sus libros, como si estos en cualquier momento se fueran a caer. Con la mirada perdida buscaba a su mejor amigo, pero nada, absolutamente nada. Dio unos cuantos pasos más, una dulce y triste melodía inundó sus oídos. Era él.

Dio la vuelta, y empezó a caminar de regreso al salón de música. Y ahí lo vio. Frente a ese ya viejo piano que solía usar su profesor en las horas de clase. Apoyo su peso en el marco de la puerta. Se había vuelto tan normal y eso lo mantenía tranquilo.

Por accidente, la suela de su zapato rosó exageradamente el piso provocando un chillido para nada amigable. Sus manos dejaron de tocar las teclas, ambas se congelaron. Un ambiente lúgubre y tenso se formo entre ambos personajes. El de cabellos negros se giró y enseguida una sonrisa se formó en sus pálidos labios.

— Y-yo no quise...—un jugueteo entre sus dedos se hizo presente. Llevaban años de conocerse, pero aún así, aquel chico le seguía transmitiendo ciertos aires de extrañeza, como si a su alrededor se formara una niebla que va arrasando con todo a su paso. 

El nerviosismo lo estaba traicionando, su mirada, era intimidante— ¡Oh!...lo siento, me entretuve y no vi la hora...—se levantó enseguida de su asiento y empezó a guardar sus cosas dentro de su bolso— ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

El de cabellos cenizos relajó sus hombros— No mucho, estaba buscándote por todos lados y no te encontraba—suspiró— Creo que no te conozco del todo bien, no pensé que estarías aquí.

El más alto ni se inmutó en moverse. Se quedó quieto, como en una  especie de estado latente, su mirada seguía clavada en la ventana de cristal empañada por fría lluvia. El más bajo lo miró extrañado sin la necesidad de hacer algún gesto en su rostro.

Chanyeol giró de vuelta, como si lo que pasó solo fue un trance— ¿Nos vamos?

...

Ambos jóvenes caminaban por la acera mientras el viento hacía de las suyas con sus mechones rebeldes. Él más alto llevaba  los libros del contrario ahora en sus manos, el menor sonreía de una manera ¿Quizás radiante? Tal vez. 

Uno con solo 12 años y el otro con 16. Ante la mirada del mundo solo eran un par de niños indefensos, y si que lo eran. Solamente, se tenían el uno al otro, ¿Por qué? 

Chanyeol había nacido en un hogar no estable. Cuando constaba con ocho meses de edad su madre había fallecido. ¿Cómo lo sabe? En realidad ni el mismo tiene idea, pero aquello le había creer su padre, y con eso creció. Por otro lado, el hombre que lo había engendrado, no tenía un trabajo fijo, motivo por el cual tampoco tenían una casa y eso implicaba demasiados cambios de lugar, ciudad e incluso hasta de país. 

Sus padres se habían conocido cuando eran jóvenes.  Su madre cursaba el último año de la universidad en leyes, y su padre, él no había estudiado. Al ser su familia de recursos bajos, había empezado a trabajar desde los 15 años. A pesar de esa gran diferencia social y económica ambos empezaron una relación, no, nunca se casaron. 

Su mamá tenía 27 años cuando el había nacido, y su padre apenas había cumplido los 32. Cuando nació todo era maravilloso para la pareja, la adrenalina y la emoción de ser padres primerizos superaban cualquier otra cosa. Pero todo eso cambió, cuando el niño tenía los 5 meses, y la mujer parecía cada vez más debilitarse. 

• O b s e s i ó n • [𝖃𝖎𝖚𝖞𝖊𝖔𝖑/𝕮𝖍𝖆𝖓𝖝𝖎𝖚]-1T Terminada- 2T En procesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora