Capítulo 2

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Luego de que Agnetha cerrara la puerta esta desapareció rápidamente dejándome varado en ese inmenso prado sin saber a dónde ir. Rápidamente me percaté que en la esquina superior izquierda se encontraban dos barras, una de color rojo y otra azul estas deberían ser las representadoras de mi vida y mi magia. Justo de la nada ocurrió un gran explosión, frente a mi se había estrellado algo creando un gran cráter, lo primero que pensé fue que había sido un rayo pero el cielo estaba despejado, luego pensé que era un asteroide así que decidí ir a investigar que se escondía en el inmenso cráter. Me fui acercando lentamente, no había señales de fuego ni había vapor en el aire, cuando me acerque lo suficiente y el humo se despejó me di cuenta de que era un cofre de hierro con un papel en la cerradura.

--Cómo es posible que el papel no se haya quemado--

Pensé yo en alta voz. Tanta fue mi curiosidad que fui hasta donde estaba el cofre y arranque el papel de la cerradura, era una carta.

--Este cofre es tuyo simple humano…--

(-_-)Con solo leer la parte que decía “simple humano” podía imaginarme de quién era la carta.

--Dentro encontrarás un arma y algo de comida y agua en el reverso de la carta hay un mapa que te llevará hacia el pueblo mas cercano el cual esta unos 2 km mas o menos. No me defraudes inútil mortal, la diosa del tiempo y del espacio Agnetha--

Sin siquiera pensarlo dos veces agarré con mi mano derecha la espada que se encontraba dentro del cofre la cual se veía a simple vista que era un poco vieja, nada más hacer contacto con la misma apareció un cartél informando que ahora me pertenecía como si se tratará de un juego.      

Al tener la espada en mis manos me entró la curiosidad de saber que tan fuerte era la espada, ante mi apareció un nuevo cartél el cual me decía las propiedades del arma.

Deducí rápidamente que un objeto será de alguna propiedad solo después que una persona tenga contacto físico con dicho objeto y que para saber las propiedades de algún objeto solo debo sostenerlo en mis manos y pensar en cuales serían sus propiedades.

Dentro del cofre también había una cantimplora con agua pero esta estaba por debajo de la mitad.

--Maldita diosa buena para nada--

Eso no me importó tanto ya que lo que tenía era hambre, dentro del cofre había lo que parecía un pan envuelto en un pedazo de tela. Al desenvolverlo el pan tenía moho.

---¡¡¡Maldita diosa!!!--

Respiré profundo intentando calmarme y decidí seguir el mapa para llegar al pueblo mas cercano. Caminé por varias horas y el gigantesco prado parecía no tener fin, finalmente encontré un árbol lo suficientemente grande para cobijarme bajo su sombra, me tomé la poco agua que había dentro de la cantimplora que me había dado Agnetha y luego decidí acostarme y descansar un poco, el hacer esto fue un error ya que me quedé dormido. Fui despertado por un gran sonido, al abrir los ojos el cielo estaba nublado a tal punto que parecía que se acabaría el mundo, el rugir de los truenos era cada vez mas fuerte y los rayos volaban entre las nubes. Mi única opción era correr, correr y seguir corriendo ya que el peor lugar donde puedes estar durante un tormenta eléctrica es debajo de un árbol, comenzó a caer la helada lluvia que calaba mi piel haciendo temblar mis huesos, luego de un rato corriendo encontré una cueva con una entrada gigantesca, opté por entrar en dicha cueva para refugiarme de la lluvia y dentro de ésta me acomodé esperando que parara. Ya había caído la noche y parecía como si nunca fuera a dejar de llover, mi estómago rugía a la par de los truenos, y lo único que tenía era una espada vieja, una cantimplora vacía, y un mapa que no me llevaba a ningún lado así que me acurruqué en el piso para poder dormir, al cabo de un tiempo fui despertado nuevamente por un sonido estremecedor, era el rugido de un inmenso dragón el cual media cerca de 5 metros, su piel estaba cubierta por escamas del tamaño de mi pecho y sus ojos eran rojos como la sangre, de la nada apareció una ventana sobre su cabeza indicando que tenía 5000 de vida y su nivel era 30. Este comenzó a atacarme utilizando sus afiladas garras, decidí ocultarme detrás de las columnas que se encontraban en la cueva y este las pulverizo como si fueran una hoja de papel, un recuerdo fugaz cruzó mi mente,

--La espada, claro--

El dragón lanzó uno de sus ataques, yo lo esquivé rodando hacia el frente y seguidamente ataqué al dragón en una de sus patas traseras con la vieja espada, esta se enterró entre dos de sus escamas impidiendo que la retirara, el dragón arremetió contra mi tirándome al suelo como si fuera un muñeco de trapo junto conmigo salieron volando la espada y una de sus escamas, esto hizo que enfureciera aún más pero yo no podía moverme ya que el ataque del dragón bajo mi vida de 100 a 10 y estaba desangrándome lo que parecía un efecto negativo el cual provocaba que fuera perdiendo vida poco a poco.

--¿Este es mi fin?--

--¿Qué pasará con la tierra?--

--Lo siento Agnetha no podré cumplir mi misión--

Pensé yo mientras que mis ojos se iban cerrando poco a poco. Justo cuando pensé que moriría mi vida empezó a subir y comencé a abrir los ojos de nuevo, me puse de pie y para mi sorpresa a mis espaldas se encontraba una chica de pelo rojo con un cetro en sus manos realizando un hechizo el cual imaginé era el que me curaba. El dragón lanzó una bocanada de fuego intentando acabar con los dos, en un parpadeo apareció frente a mí dos personas otra chica con un grimorio y un sombrero y un chico con una reluciente armadura y un gran escudo el cual desvió el fuego del dragón.

--Bien cubierto Herger, Eleara lanza el hechizo paralizador, Naera termina de sanarlo y comienza a canalizar el hechizo de sueño--

Decía un chico subido en una roca el cual apuntaba al dragón con un arco. La chica del grimorio lanzó una descarga eléctrica contra el dragón paralisandolo, este cayó al suelo inmóvil dejando salir un ligero suspiro. Pensé que se había acabado pero estaba equivocado, el dragón abrió sus ojos nuevamente y con un gran rugido se puso de pie para continuar con la batalla.

--Muy bien, ya tienes todos tus puntos de vida al máximo--

Me dijo la chica que me estaba curando.  El chico del arco lanzó una flecha a los ojos del dragón la cual se abrió en dos y soltó un polvo nublando su vista por un tiempo.

--Ahora Naera--

Una luz muy brillante rodeó a la chica del pelo rojo.

--¡Cierren los ojos!--

Grito ella. Cerré mis ojos confiando en lo que decía, cuando los volví abrir el dragón dormía como si no hubiera pasado nada. Quedé anonadado al ver como el dragón dormía nuevamente ¿quienes eran estas personas? me preguntaba yo pensando en que tienen el poder de dormir a un dragón.

--He tú, vámonos--

Me dijo el chico del escudo. Cuando salimos de la cueva habían 4 caballos.

--Monta--

Dijo la chica del pelo rojo. Monte su caballo y luego de un tiempo llegamos a una ciudad inmensa.

--¿Dónde estamos?--

--Este es el reino del dragón, hogar de nuestra hermandad--

Dijo ella sonriendo.

The Other Side of the DoorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora