En un reino muy lejano había un bosque mágico en el que participan algunos niños y niñas de dicha institución, por lo cual, el ganador de la competencia de ese año recibirá un deseo del unicornio.
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Èrase una vez un grupo de niños y niñas que estaban tan entusiasmado en postularse a la academia "I LOVE", motivo por el cual cada uno tenìa que dar una prueba para poder ingresar a la maravillosa academia que solo estaba conformada por grupos de estudiantes con altos puntajes; sin embargo de ese grupo solo lograron ingresar cinco que eran los que obtuvieron un alto porcentaje de notas.
Al siguiente día ellos estaban ansioso por entrar a su primer día de clase y conocer al chico que obtuvo el deseo del unicornio en el bosque mágico, por el cual, el director de la academia le dio la bienvenida, felicitándolos y sobre todo dándoles concejos hablándole sobre el respeto, honestidad, solidaridad, compañerismo y sobre todo la puntualidad, de tal manera, el director llamò a cada niño y niña diciendo: Camila, Cristina, Pedro y Juan pasar al frente para que los conozcan sus futuros compañeros y les dirè que si quieren obtener el deseo del unicornio deberán destacarse en sus estudios porque los mejores promedios seràn escogido para que compitan por el deseo del unicornio y ser el ganador VIP de la academia "I LOVE" pueden ir a sus respectivos cursos.
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Los chicos fueron a sus respectivos cursos, luego la asistente de la academia les informo que ella era la chica que les preparaba los alimentos, les enseñaba donde quedaba cada cosa y sobre todo no le gustaba el desorden y esto especialmente se lo decía a los niños, después de todas las indicaciones les dio a conocer el nombre "Doris" pero les dijo que a ella le gustaba que le digan "Tìa chochi". De esa manera los niños y niñas se fueron acostumbrando y salieron a recorrer por los pasillos de la academia y observaron al chico "Francis" el que obtuvo el deseo del unicornio en aquel bosque mágico, por el cual, los chicos y chicas fueron a saludarlos y Francis los recibió de la mejor manera y los invito a jugar baloncesto con sus demás compañeros y desde ahí se hicieron muy buenos amigos.
Llegó el día en que les toco recibir clases de valores con un docente muy dinámico, pero los hacia interactuar a cada uno sin dejar que mantenga una conversación con el de al lado, al faltar cinco minutos para terminar su clase trajo con el unos sobres para cada estudiante en el que tendrá que escoger cada alumno y según el nombre que les salga deberán de buscar a su mentor que les ayudarà a dar las pautas necesarias para la competencia del deseo que se escogerán a los mejores promedios.
