No, no tomaba un camino nuevo. Ni se dirijía a un lugar desconocido. TaeHyung manejaba con cautela, observaba las calles con inseguridad. Incluso si sabía a donde iban, sentía la corazonada que le decía "algo está por salir mal".
No viajaba solo, tampoco. Su novio con siete meses de embarazo estaba con él; la cabeza apoyada en la ventana y una mano entrelazada a la suya, hablando sobre alguna prenda para el bebé que quería comprar.
"Hey" fue casi como un débil murmullo, TaeHyung volteó a ver de inmediato "¿todo bien?"
"Si, si" alentó con un movimiento de cabeza "sólo un poco cansado."
El más joven volteó hacia la ventana, "entiendo" susurró.
"Vamos, no te desanimes" TaeHyung sonrió. "Pronto estaremos en casa."
No mucho después estaban bajando del auto, TaeHyung abría la puerta de la casa mientras JungKook caminaba con lentitud.
"Mañana comprarémos más cosas." TaeHyung se colocó en sus rodillas, ambas manos en el estómago de su esposo, y dejó un suave beso en el ombligo "Él debe estar cansado."
Los ojos de JungKook obtuvieron un tenue y lindo brillo por las lágrimas. "Hyungie..."
"Mi corazón... no llores" y con el corazón envuelto en emociones cálidas, besó el bonito rostro de su esposo, confesándole su amor, aquella tierna noche de lluvia cuando perdieron a su hijo.
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