“Venga Valeria a que ya tienes que levantarte se te hará tarde para ir a la escuela”
Esa era la voz de mi madre tratando de levantarme ese primer día de clases, las vacaciones habían sido probablemente una de las mejores que haya tenido o quizás no, de todas maneras lo que menos quería hacer ese día era recordar el pasado que me tenía presa de recuerdos, preferí olvidar lo que hizo que aquellas vacaciones fueran perfectas pero a la vez tan dolorosas, al fin todo había acabo y para bien o para mal aquel día podría significar un comienzo nuevo quizá todo podría cambiar aquel año, tenía la esperanza de que quizás podría ser diferente.
Me levante de la cama con todo el esfuerzo que pude. Pasar días enteros sin hacer nada, las desveladas a media noche y la costumbre de levantarse tarde todos los días equivale a tener unas tremendas ganas de dejar el colegio y pasarse la vida de vacaciones.
Encendí el móvil que se encontraba en mi mesa de noche y tenía el típico mensaje de Kate de primer día de clases:
“Valeria Black más te vale que llegues temprano a la escuela o muestro tu álbum de fotos de “fotitos locas de Val “, te espero”
Esa era la típica amenaza de Kate, mi mejor amiga. Después de leer el mensaje me di cuenta de la hora, eran las 7:30, mierda, llegare tarde el primer día de clases.
Debería apresurarme o Kate podría usar esas fotos en mi contra, no me atrevía a retarla, así que me vestí lo más rápido que pude con mi ropa habitual unos vaqueros, converse y camiseta, según Kate no soy para nada femenina y no es que no lo sea, es solo que no es mi estilo.
Baje a desayunar. Al llegar a la cocina pude divisar a mi madre preparando el desayuno mientras mi padre trataba de alcanzar algo de la alacena, no solo se me había hecho tarde, ahora debería soportar a mis padres.
-Hija te tenemos una buena noticia-aviso mi padre mientras cogía una silla para sentarse a mi lado
-Buena noticia, no sé por qué pero eso me suena algo malo-afirme con todo de preocupación
-Bien nosotros sabemos que cuando eras pequeñas adorabas mucho tocar el piano y bueno decidimos que quizá deberías volver a retomar lecciones-mencionó mi madre mientras yo terminaba el desayuno el cual me lo acabe tan rápido como si no hubiera comido 7 días.
-Mama nunca me gusto el piano y tengo que irme se me hace tarde, adiós, y ni sueñen que ire-cogi mi mochila y salí sin intención de escuchar ninguna palabra más.
Corrí la calle como nunca antes y felizmente alcance a tomar el último autobús que me dejaría a una cuadra de la escuela, considere que quizá eso fue cosa de suerte, después de todo el día no me podría ir tan mal.
El viaje demoro unos 30 minutos y aunque la música del autobús no era tan agradable, llevaba el móvil conmigo así que me puse los audífonos. Tenía que aceptarlo la música significaba algo muy importante para mí y creo que para cualquier adolescente la música es muy significativa, pero para mí era algo más. Algunas músicas podrían alegrarte el día aunque haya sido el peor día de todos, otras podrían darte animo a seguir luchando por tus sueños y hacerte ver que nada es imposible, al igual que otras podrían comprender tu frustración y tristeza, sentir que no estás solo, porque en realidad no lo estás. Tenía algo especial, sinceramente indescriptible.
El autobús llego a mi destino, felizmente mi padre prometió darme el coche el siguiente mes, no es que no me gustara viajar en autobús es solo que preferiría hacerlo en coche en donde podría poner la música a todo volumen sin que nada ni nadie me lo interrumpiera. Me distraje de mis pensamientos y me dispuse a bajar lo más rápido que pude, lo único que recuerdo fue que sentí un fuerte empujón y un golpe en el concreto.
Algunas personas que pasaban por mi costado se reían de lo sucedido mientras que otras mostraban algo de preocupación. Me levante lo más rápido que pude y voltee con la intención de ver quien había sido el causante de todo esto.
-Lo siento-escuche una voz detrás de mí que me parecía conocida algo conocía, oh no, demonios!
- ¿Foster? No me digas que eres tu-me levante y lo mire a los ojos verdes azulados.
-Jajaja ¿Valeria Black? Quién lo diría, justo tenía muchas ganas de verte hoy en la escuela-afirmo con todo de burla mientras me ayudaba a levantarme y recogía mis cosas
-Jacob no estoy de ánimo para tus bromitas-le arrebate mi mochila de las manos y me puse a caminar en dirección contraria
-No sabía que te incomodaba tanto mi presencia, ¿Qué fue con mi primo? Por cierto la escuela esta ara el otro lado-Genial lo que menos quería que ahora se pusiera a caminar a mi costado y me molestara con él.
“El”
-Yo, yo demonios, no se supongo que en su escuela ¿no?-Acelere el paso con el fin de evitarlo
-Bien si no quieres no te molesto más-un grupo de chicos aparecieron detrás de él y se dirigieron juntos a la escuela.
Un momento Foster nunca usa el autobús, tiene su propio coche, lo cual implica que el muy bastardo fue el que se interpuso en mi camino y tenía la intención de que dará con el concreto, oh no Foster me las vas a pagar, me las vas a pagar. Murmuraba en mi mente gracia por mandar a esos chicos, lo que menos quería ese día era soportar a Jacob Foster, tenía suficiente con fuéramos a la misma escuela.
Llegue lo más rápido que pude y busque a Kate entre los pasillos tenía mucha suerte de que aún no hubiera sonado la campana
-Hasta que llego
-Kate donde estabas metida
-He estado esperándote desde las 8 en esa esquina y ya que no aprecias fui a saludar a los demás
-Eso es amistad
-Ni que te hubiera dejado en la selva africana con un león y me hubiera ido a Paris, no exageres Val
-Fue casi lo mismo
-Jajaja, ¿Cómo has estado? Hace tres días que no hablo contigo, me has tenido preocupada
-¿preocupada?
-Si tú sabes, desde lo que paso con…
Sonó el timbre que me salvo de aquella posible incomoda conversación, Kate y yo siempre elegíamos los mismos horarios, así que nos dirigimos a la misma clase, física.