La cocina de llenó del olor dulce de especias, y cuando el niño de jengibre estaba crujante, una vieja abrió la puerta del horno. El niño de jengibre saltó del horno, y salió corriendo, cantando. ¡corre,corre,tan pronto puedas como puedas!no puedes alcanzarme soy muy veloz.¡soy el niño jengibre!
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La vieja enojada corrió,pero el niño jengibre corrió más rapido. El niño de jengibre,se encontró con un pato que le dijo.
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¡cua,cua!¡hueles delicioso!¡quiero
comerte!pero el niño de jengibre siguió corriendo.El pato lo persigió balanceándose,pero el niño corrio más rápido.cuando el niño jengibre corrio por las huerta doradas,se encontró con un cerdo que cortaba paja
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El cerdo le dijo¡para,niño de jengibre!¡quiero comerte!pero el niño de jengibre siguió corriendo. El cerdo lo persiguió brincando,pero el niño de jengibre corrió más rápido. En la sombra fresca del bosque,un cordero estaba picando hojas. Cuando vio al niño dijo
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¡bee,bee!¡para,niño de jengibre!¡quiero comerte!. Pero de niño de jengibre siguió corriendo. El cordero lo persiguió saltando,pero el niño corrió más rápido. Más allá,el niño jengibre podia ver un río ondulante. Miró hacia atrás sobre el hombro y vio a todos los que estaban persiguiéndole. ¡paa!¡paa! Exclamó la vieja. ¡cua,cua! Graznó el pato. ¡oink,oink!gruñó el cerdo. ¡bee,bee! Baló el cordero. Pero el niño de jengibre se rió y continuó hacia el río. Al lado del río,vio a un zorro. le dijo al zorro
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He huido de la vieja,el pato,el cerdo,el cordero.¡puedo huir de yi también!¡corre,corre,tan pronto como puedas!no puedes alcanzarme.¡soy el niño de jengibre! Pero el zorro astuto sonrió y dijo Espera, niño jengibre.¡soy tu amigo! Te ayudaré a cruzar el río.¡échate encima de la cola!. El niño jengibre echó un vistazo hacia Atrás y vio a la vieja,al pato,al cerdo, y al cordero acercándose. Se echó encima de la cola sedosa del zorro, y el zorro salió nadando en el río. A mitad de camino, el zorro le pidió que se echara sobre su espalda para que no se mojara. Y así lo hizo. Después de unas brazadas más, el zorro dijo. Niño de jengibre, el agua es aun más profunda. ¡Échate encima de la cabeza! Ja, Ja! Nunca me alcanzarán ahora rió el niño de jengibre.
- ¡Tienes la razón! chilló el zorro. El zorro echó atrás la cabeza, tiró al niño de jengibre en el aire, y lo dejó caer en la boca. Con un crujido fuerte, el zorro comió al niño de jengibre.
La vieja regresó a casa y decidió hornear un pastel de jengibre en su lugar.
