Dormir y Despertar.

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Narra: Nicolás.

Mis párpados pesados se despiertan mientras una suave luz me cega por completo, mi mano con un torpe golpe agarra mi teléfono... Un momento, esto era raro... Matilde no me había enviado un mensaje; quizá solo se había quedado dormida como antes.
Me levanté tranquilo como siempre y fuí directo a bañarme, un silencio raro me invadió... ¿Por qué de repente pienso que algo malo va a pasar? ¿Por qué estoy tan preocupado por ella? Más recuerdos vinieron.

Recuerdos:

«No me siento bien...»

«¿Qué pasó?»

«Tengo ganas de... Matar.»


«Matilde ¿Qué? ¿Por qué dices eso?»

«Es que... Mi vida es una mierda»

«¿Por qué dices eso?»

/Visto✓

«¿Matilde?»

/Visto✓20:30

«MATILDE DIOS MÍO»

«Perdón...»
20:30

«Matilde, dios mio, voy para allá»


Fin de recuerdos:

Desde ese día no quise dejarle sola por nada de la vida, tenía necesidad de cuidarla... Ya sé porque me siento así. Con rapidez me bañé, me vestí... Pero por lo preocupado que estaba no comí, solo salí directo.
Corriendo a toda velocidad fuí a la casa de Matilde.
Toqué la puerta apresurado... No hubo respuesta, toqué aún más rápido; Una chica pequeña con el pelo todo despeinado y con una cara de: “Tengo mucho sueño” La abracé al borde de las lágrimas mientras temblaba, me parecía que aquélla ni sabía lo que estaba pasando, solo me abrazó de vuelta.

D-Dios mío Matilde... Me preocupaste mucho. —

— Uh... ¿Nico? Perdón por preguntar pero... ¿Qué pasó? —

— ¿Huh? Ah... ¿Estás bien? ¿No te pasó nada? —

— Si ¿Por qué? —

— Es que... Generalmente me mandas un mensaje antes que despierte... Y bueno, me preocupé. —

— Nico... ¿T-Te estabas preocupando por que no te escribí un mensaje de “Buenos días”? —

— Bueno... —

Pude notar la ternura en los ojos de la más pequeña, se acercó a mi y me dió un pequeño beso en la mejilla para luego tomarme la mano haciéndome pasar hacía su casa, me soltó y me dijo.

— Mira, te veo con una cara bastante hambrienta ¿No tomaste desayuno? —

— Bueno... Es que... Me preocupé mucho que ni comí. —

— Dios Santo, no tuviste que preocuparte, ven te prepararé el desayuno.—

Bien... Y así fue como me quedé desayunando y no fuí a trabajar solo por quedarme con ella ayudándola con sus perros y su jardín.
Por que... ¿Por qué siento algo extraño en mi pecho cada vez que la veo sonreír, debe ser porque la quiero mucho, es demasiado buena amiga conmigo... Si es eso. Ya en la noche decidí irme y le dije.

— Adiós mi esposa Jajajaja, no hetero. —

— ¡JAJAJAJA! Adiós esposo, no homo. —

Su cara se tornó roja por haberse equivocado de palabra, yo solo me empecé a reír mientras le veía. Me despedí con la mano y me fuí.


Amor del mar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora