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Suavidad.

Es lo que percibía al saborear todo el contenido de su adorado plátano.

La sensación que le transmitía toda esa cremosidad y la facilidad con que lo comía con sus inexistentes dientes lo llevaban a la gloria. A pesar de ser el octavo no era suficiente para él, sin embargo tenía que apurarse si no quería llegar tarde al zoológico.

Agarró las llaves de su iglú junto con 5 plátanos, los metió en su bolsillo trasero y salió camino a su trabajo todo un pingüino responsable.

Mientras se limpiaba el sudor por la ardua caminata de 2 cuadras con su azulada aleta visualizó a lo lejos un comerciante junto a su carretilla, pero esa no era cualquier carretilla sino una llena de plátanos, aquellos que tanto le encantaban; su máxima adoración. Vió su reloj y ya estaba media hora tarde,—aún me queda algo de tiempo—dijó antes de mediante saltitos de felicidad avanzar hacia el negocio ambulante.

—Caserito—le saludó el Gran Pájaro Amarillo, su vendedor de confianza. Le agradaba bastante porque le hacía recordar a su producto.—¿Cuánto va a querer hoy? ¿3 o 4 kilos? Tenemos el manzanito, recién llegado de tierras peruanas, todo un lujo. También el plátano de isla, para que pruebe algo nuevo. Y el dominico, de República Dominicana sa genteee, está que raya.

— Dame un kilito del de siempre ya tu sae—al escuchar su respuesta el pájaro se puso manos a la obra y empezó a embolsar el pedido. Pablo ya con sus compras se dirigió rápidamente al zoológico, donde tuvo que haber estado hace 1 hora, más el seguía creyendo que aún era temprano sólo que se le hizo un poco tarde, mínimamente tarde.

Una vez en el zoológico hizo maniobras para colocarse el uniforme de este, ya que en su intento de colocarselo se le resbalaba de las aletas. Trataba de apresurarse, ya pasó mucho tiempo, debería ya estar haciendo lo que desde un inicio era su deber...

"Comerse otro delicioso plátano."

El trabajo ya para el era secundario, pero el deseo de probar de nuevo aquellos amarillentos manjares, era una necesidad. Deprisa fue a su puesto, salivando en demasía expectante a su fruto favorito. Llegó al lugar mencionado, sacó con una rapidez inimaginable sus plátanos de su bolsillo quedando embobado viendo uno de ellos, peló y acercó  lentamente el fruto a su pico para no apresurar el momento que tanto había esperado desde su llegada y justo en ese instante...

—¡Caracoles!














Gracias totales :v

Imagen de "El pájaro amarillo"

Imagen de "El pájaro amarillo"

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:v

Hasta el proximo capítulo!

Plátano [Austin x Pablo] Baryanrdigans.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora