Antes de comenzar a leerla, quería advertirles que la perspectiva de Adrien es más madura, y trata temas más profundos, comparándola con la de Marinette. Queda bajo tu responsabilidad.
Disfruten!!
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Sus pensamientos eran como un laberinto, totalmente perdidos en su cabeza.
Su rostro no demostraba ninguna emoción, característica muy común en él.
Y su corazón, en un pozo donde siempre había tormenta.Su vida era gris trás la muerte de su madre.
Los días iguales, llenos de exigencia y sudor; gritos, discusiones, obligaciones, soledad y oscuridad.Sus amigos siempre lo esperaban en su gran habitación para jugar a la creación de ellos mismos.
A veces creía vivir en una repetición que no tenía final.
Nada le sorprendía. Sus días y futuro eran totalmente planificados por su padre.
Pensó en jugar a desaparecer con sus amigos trás la agresividad y el rechazo de su padre ante la petición de entrar a una escuela que no sea dentro de su hogar, para finalmente dejar su soledad atrás.
Él se sentía inútil.
Odiaba su vida.
Hasta que un destello de luz pudo llegar a su corazón dejando la soledad atrás.
Su camino hacia la escuela era el mejor momento del día.
Finalmente creía que podía empezar su vida nuevamente pero con luz y claridad. Gabriel finalmente lo había escuchado, y él absolutamente agradecido por aquello.Pero no tuvo en cuenta que una rosa cayó en su corazón.
Una rosa totalmente especial, con fragancia a fresa y unas palabras invisibles.Ella lo hacía sentir querido con sus abrazos, con su sonrisa tierna, sus pequeños enojos, su preocupación hacia él, sentía que era la atención de alguien por primera vez.
Y con esas maravillosas palabras que él podía escuchar en su corazón, pero no de sus labios, se enamoró perdidamente.Él amaba a Marinette.
Era su única rosa roja, la más bella de todas.
La apoyaría cuando ella no se sintiera bien consigo misma, estaría con la joven en cualquier ocasión.
No sabría que haría sin su amistad que en poco tiempo quedaba muy pequeña para él.
Pero todo había resultado mejor cuando descubrió esa valentía en él.
Cuando descubrió en que podía volar como un pájaro, que podía ser libre con ese traje gatuno.
Ya no necesitaba la atención y el amor de su padre.
Adrien era feliz.Pero su amor por la azabache crecía y ya no podía aguantar el concepto de ser su mejor amigo.
Pero era tan cobarde siendo Adrien.
Que una noche abrió las puertas de su corazón entregando todo su amor en una lluvia de nervios en aquel disfraz a la joven de coletas.
Abrazaba a Marinette de la forma más tierna posible trás su primer beso.Él quería ser mejor por ella.
Él quería mejorar para ella.
Pero la muerte de su corazón pronto había llegado.
Su respiración se agitó y los fuertes vientos soplaron en aquella habitación donde las lágrimas caían mientras era abrazado por la heroína de París pero esta vez sin su traje.
No podía comprender a su padre, esa necesidad de traer a la vida a alguien destruyendo toda la ciudad para tan solo intentarlo.
Pero por otro lado, él también deseaba tener a su madre.El laberinto se había incendiado en una lluvia de fuego debido a su gran enojo.
Aunque también sentía tristeza... pues no vería a su padre en muchísimos años.Otra vez pensó en jugar a desaparecer sin poder soportar sus pensamientos y emociones.
Pero se mantuvó.
Se sustentó en la joven la cual era su fuente de felicidad.
La necesitaba más que a nadie.
Pero las noches se hicieron largas.
Sentía sus abrazos, sus palabras y el cuerpo del mayor desaparecer en una lluvia de alucinaciones.Necesitaba saber de Gabriel.
Marinette comenzó a ir obligada a colarse en el hospital psiquiatrico, dejando que él maneje a su muñeca con fragancia a fresa en cada ocasión.
Pero aún así, seguía perdido viviendo en un océano donde sólo mandaban sus pensamientos, sumergiéndose más él, en su futuro, en su vida, en su padre.Realmente no disfrutaba nada.
Hasta que se dió cuenta que uno de sus placeres era ver a Marinette sufrir.
Verla llorar, por él, por la discapacidad que ella tenía, no hacía más que llenarlo de satisfacción.
Le encantaba ver a cualquier persona sufrir.
Ver que no sólo él no podía ser feliz.
Nadie podía.
Hasta que llegó esa noche en donde sus pensamientos y emociones querían liberarse.
No podía aguantarse a sí mismo.
Tanto así que decidió dejar sus palabras plasmadas en la libreta de su amada donde quedaría su última respiración.
La decisión separaba su perdición de lo desconocido.
Pero quería ver a su padre, y pronto lo hizo.
Quería su atención, su amor paterno el cuál nunca le había querido entregar.
Se dejó llevar en el abrazo que él mismo le proporcionaba a su padre escuchando como el puñal cayó detrás de él.
Escuchando su última respiración.
Y encontrando lo que tanto quería...
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En El Límite [Miraculous Ladybug]
FanfictionGabriel Agreste es un hombre con metas totalmente exigentes para él y su hijo. Él cae en la locura trás la muerte de su esposa afectando su vida y la de su descendiente. Adrien Agreste logra dar un cambio en su adolescencia por las locuras de su pad...