Los chicos como el

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Me desperte a las 9am por el sonido de mi alarma, a pesar de ser domingo decidí tratar de levantarme temprano porque mañana ya arrancaría la universidad y seria bueno adaptarme al horario.

Me levante y fui directo al baño, necesitaba tomarme una ducha, ya que después del episodio de anoche con el idiota de Cristian no había dormido muy bien. Estuve como media hora abajo del agua caliente, cuando salí de la ducha me mire al espejo y vi mi cara de demacrada, seria necesario bastante corrector para tapar esas ojeras. Sali envuelta en una toalla directo a mi habitación pero cuando me di vuelta luego de cerrar la puerta del baño me choque con algo duro que provoco que la toalla que me envolvía casi terminara en el suelo, al levantar la vista me encuentro con unos ojos verdes esmeralda y en seguida me di cuenta contra lo que había chocado.

-Quien mierda se levanta un domingo tan temprano- dijo con furia- ¿Acaso tu mami muerta no te enseño que los domingos son de flojera?

Al escuchar ¨mami muerta¨ no pude controlarme y las palabras salieron por si mismas de mi boca

-Escuhame pedazo de bestia idiota, ni se te ocurra volver a hablar de mi madre, sos una basura sin corazón ¿Que persona puede hablar así de un familiar que falleció de otra persona? una basura como vos, no puedo culpar a Miriam porque ella es un amor per tu...- quizo abrir la boca pero no se lo permiti- ni se te ocurra decir otra estupides yo te puedo caer mal como vos me caes para el ogete a mi, podes decirme bruja si se te da la gana, pero a mi madre la dejas de lado porque ella era una maravillosa persona y no voy a dejar que tu ni nadie le falte el respeto, así que cerra la boca porque voy a terminar cerrándotela yo de una trompada.

No hice tiempo a terminar de decir eso que lo esquive y entre a mi habitación, no me importa como se lo halla tomado pero este chico no me iba a arruinar lo que venia por delante.

Me puse un short celeste claro con un top negro, peine mi cabello, tape mis ojeras, me puse un poco de rímel y brillo labial. Para cuando termine de arreglarme ya me sentía mucho mejor y decidí bajar a desayunar algo. Abajo me encontré con Miriam preparando algo en la cocina y con Cristian sentado en la barra.

-Hola- dije al entrar a la habitación

-Hola Emily- contesto Miriam- ¿Tienes hambre? estoy preparando pancakes

-Si mucha, huele riquísimo- me senté en el banco de la barra en frente del idiota, el cual ni me miro. Miriam nos dio nuestros desayunos y se sentó en la punta de la barra entre ambos.

-Cristian- dijo ella llamando la atención de su hijo- ella es Emily.

-Si, la conocí anoche-contesto el con tono amargo cortando a su madre

-Ohh- expreso ella- y ¿La recuerdas? Vos de chico la cuidabas mucho, era como tu muñeca de porcelana.

-Bueno parece que las muñecas de porcelana se pueden convertir en brujas- agrego el mirándome con una sonrisa soberbia.

- Y por lo visto los chicos buenos se pueden transformar en bestias idiotas- le conteste con ganas de borrarle la sonrisa estupida de su cara.

Cristian estaba a punto de contestarme cuando Miriam intervino

-Chicos, ¿Que pasa? crei que se iban a llevar bien.

-Pasa que anoche me ataco con una lampara- contesto el

-¿como?- exclamo Miriam mirándome

-Fue una equivocación, yo baje a buscar agua cuando escuche un ruido y lo vi parado, no sabia quien era entonces agarre una lampara para defenderme, cuando me dijo quien era la deje en la barra- me justifique, la mirada de Miriam cambio y se rio.

Deslúmbrame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora