Capítulo 3

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La serie de Once Upon a Time y sus personajes aquí mencionados no me pertenecen.

Muchas gracias por leer, por los likes, follows, kudos, estrellitas y muy especialmente a quienes me han dejado algún comentario en el fic.

Esta es la tercera parte del porny prompt y más que gustarles, espero que lo disfruten jeje. También espero que puedan perdonar cualquier error.

P.D. para quienes leen Bonding: pronto habrá actualización, no crean que el fic se me ha olvidado.

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Tal como lo prometió, David estuvo muy puntual en la alcaldía a la hora que Regina le indicó y no le sorprendió que la princesa Ella ya no estuviera en el lugar.

Abrió la puerta de la oficina y se encontró con su amada reina muy lista para irse de ahí.

Por su parte, la alcaldesa agradeció con el alma el que hubiera llegado tan puntual, aunque no se lo demostró

- Sácame de aquí, encantador - ordenó mirándole desafiante mientras apretaba las piernas que le temblaban ligeramente al volver a sentir el endemoniado juguete que la había mantenido frustrada y caliente durante todas esas interminables horas en las que estuvo esperando, no porque su día laboral terminara, sino por él.

El responsable de esa horrible excitación que amenazaba con consumirla ante el más mínimo movimiento ahora

- Como usted ordene, Majestad - tomó la perilla de la puerta para abrirla por completo al tiempo que se inclinaba haciendo una reverencia esperando a que ella pasara.

Regina tomó aire profundamente e hizo gala de todo el auto control que le quedaba para poder salir caminando de ahí con ese elegante y sensual andar que tanto la caracterizaba.

Y mientras lo hacía, escuchaba a David cerrar la puerta y después, comenzar a caminar tras ella mientras el juguete la estimulaba con cada paso.

El maldito sheriff pervertido no la alcanzó. No, claro que no.

La dejó caminar delante de él hasta la camioneta, muy seguramente disfrutando de verla por detrás, sabiendo bien que, debajo de la negra falda, no llevaba nada más que "la corona" que le puso por la mañana y que se negó a quitarle a mediodía.

Cerró los ojos y se mordió brevemente el labio inferior cuando estuvo frente al automóvil.

David le abrió la puerta de inmediato, sabiendo que Regina debía estar un tanto desesperada dadas las obvias circunstancias y no quería hacerla esperar más porque si era sincero, él mismo moría de anticipación ya, con su miembro duro y apretado dentro de los pantalones.

La alcaldesa subió y no pudo evitar contraerse sobre el plug anal. Sin embargo, apretó los labios impidiéndose a sí misma gemir delante de él porque estaba segura que era algo que el príncipe estaba esperando y se negaba a darle esa satisfacción al muy pervertido.

Él cerró la puerta, le dio la vuelta a la camioneta, se subió al volante y encendió el automóvil sin esperar nada más.

La respiración de Regina era un poquito agitada y no pasó desapercibida para el sheriff.

Una sonrisa socarrona se asomó en el apuesto rostro. Y es que David la venía viendo de reojo, cómo las sonrosadas mejillas se le encendían cada vez más, cómo fruncía levemente el ceño y se mordía el labio inferior, cómo se removía de pronto en el asiento tratando de contenerse.

Se sentía tan bien saberse responsable del estado en el que se encontraba la poderosísima y alguna vez temible reina del bosque encantado.

Afortunadamente para Regina, Storybrooke era una ciudad pequeña y la alcaldía no estaba muy lejos de la Mansión por lo que, a los pocos minutos de trayecto, llegaron a la casa que, desde hacía algunos meses, era ahora el hogar de ambos.

Time to be crownedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora