𝟷𝟷:𝟷𝟷

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—¿Quieres quedarte a cenar?

Jimin había intentado, en serio había tratado con todo su ser no hacer esa pregunta. Había ensayado durante la tarde qué diría cuando Jungkook viniera a dejar a sus hijas luego del fin de semana que había tenido con ellas, y se había encargado específicamente de que esa pregunta no estuviese en el pequeño discurso que había preparado y memorizado.

Pero aquí estaba, con las niñas ya en la sala, y él mirando a Jungkook con sus ojos bien abiertos, sorprendido por su propio atrevimiento; y Jeon no se veía diferente. Aquellos ojos de los que Jimin se había enamorado, se veían más redondos y adorables que nunca, y en el pasado el pequeño rubio hubiese muerto de ternura y habría acariciado las mejillas de su esposo mientras le daba besos en sus labios.

Pero ya no era su esposo, así que se contuvo.

—¿Estás seguro? —Jungkook preguntó luego de unos momentos, saliendo del pequeño trance en el que había entrado gracias a la pregunta tan desprevenida que había hecho Jimin.

—Sí, muy seguro —no, no lo estaba.

Y gracias a eso fue que Jungkook volvió a entrar a la casa que antes solía compartir con Jimin. Aquella casa que por mucho tiempo había sido su hogar, pero que la vida había hecho que simplemente pasara a ser un lugar. Hace tanto que no entraba (ya que normalmente solía dejar a las niñas en la puerta, despedirse e irse) que tuvo que detenerse un poco antes de entrar, pero no alcanzó a siquiera fijarse en lo que había cambiado y en lo que no, tampoco pudo recordar las cosas maravillosas que había vivido en esa casa, ya que los gritos emocionados de sus hijas hicieron que dejara todo de lado, como siempre había sido.

—¡Papá! —Miyoung, la de ocho años y por lo tanto la mayor de las dos, fue la primera en llegar hasta sus brazos.

Jungkook la abrazó y dio unas vueltas con ella, y cuando estuvo satisfecho con las risas de su pequeña, la dejó en el suelo para así tomar a la tímida Minsoo, quien siempre había sido más callada que su hermana mayor. Todos decían que Miyoung era la viva representación de Jungkook cuando niño; ruidosa, alegre, muy revoltosa pero adorable. Y Minsoo era como Jimin cuando niño; tímida, callada, siempre preocupada por los demás y con un corazón de oro.

—Su padre se quedará a cenar con nosotros —Jimin sonrió, tomando la mano de la pequeña Miyoung que no dejaba de saltar emocionada.

Segundos después, Jungkook estaba en la mesa con las niñas, hablando con ellas y escuchando sus historias, su mirada de repente desviándose de sus hijas y fijándose en la cocina, donde Jimin estaba preparando la cena.

Sin poder detenerla, su mente empezó a viajar por el pasado, recordando cuando, en esa misma cocina, solía abrazar a Jimin por la espalda mientras el rubio preparaba el almuerzo. O cuando Jungkook preparaba el desayuno con su, en ese entonces, esposo quedándose dormido sobre la barra de la cocina, siempre siendo tan dormilón y adorable.

—¿Papá? —dijo en una voz suave la pequeña Minsoo—. Cuando terminemos de cenar, ¿puedes leernos un cuento para dormir?

—Ehm... —Jungkook levantó su mirada, buscando los ojos de Jimin que le miraban desde la puerta de la cocina; su ex esposo sólo dio un asentimiento con su cabeza—. Claro, pequeña.

—La cena estará lista en un par de minutos —avisó el rubio antes de volver a la cocina, no sin antes agregar un: —Jungkook, ¿puedes poner la mesa? Por favor.

Jungkook se puso de pie, inclinándose a darle un beso en la frente a Miyoung, y uno en la mejilla a Minsoo, prometiéndoles volver pronto. Fue a la cocina, no queriendo pensar demasiado en lo mucho que esta situación le llenaba el corazón, y no queriendo que su lado romántico se ilusionara con todo esto.

11:11 ✦ KOOKMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora