Detrás de un oscuro viento impenetrable,
después de haber atravesado el inclemente golpe de la muerte,
en la oscuridad más desgarradora, Encuentro quien soy en verdad.
Mi estigma.
Y en un reflejo borroso del pasado,
La extraña figura de un oscuro pensamiento se transforma en aquella hechizada pesadilla que me acosa eternamente.
Las imágenes en sí mismas se desgastan en su sentido más sombrío, y callan, ante el dolor que las abandona en un eterno olvido.
Mis sueños sempiternos buscan en las tinieblas, el contenido definido que las interpreta.
Y en una realidad aparente, vuelven noche tras noche a flagelar mi alma condenada, a esa angustia infinita que me retiene, en el limbo.
No encuentro la salida de este laberinto. De esta confusión inalterable que me somete, tratando de escapar de este brillo hipnótico que me circunda, en esta oscuridad penitente que me deja abatido. Obligándome a desaparecer, una y otra vez en este espacio encantado y blasfemo, en el que estoy compareciente, mi alma te busca desesperada entre miles de sombras, pero sin encontrar ningún rastro de ti.
¿Podré alguna vez, alcanzar aquella luz que te alejó de mi?
Porque el suelo donde levito se vuelve árido sin la humedad de tu sombra, donde ocultaba mi pena.
Hace siglos que olvidé tu rostro.
Tu mirada enrojecida en el sabor de tus labios endemoniados
En el eco de tu aliento almendrado.
Yo se que un ángel dibujó un camino de rosas,
Para que en ese hechizo soltaras mi mano.
Te vistió con la luz de estrellas vagabundas en el firmamento,
Que solo pronunciaban tu nombre.
Y te condujo a un paraíso, entre suspiros eternos.
Y me quedé en suspenso.
Divagando entre penumbras perpetuas, esperando ese crepúsculo que jamás llegó.
En este espacio silencioso, en este inframundo que me tiene esclavizado, lo único que cosecho es la desgracia de reclamar al céfiro, tu ausencia inescrutable a través de un olvido que no asimilo.
Y giro sin dirección en una oscuridad espesa sin poder ver más allá que mis propias zancadas sangrientas, perdidas en miles de senderos borrosos.
En este destino marcado con fuego sobre mi piel, en estas lágrimas derramadas en una silenciosa agonía, continuó siendo un alma sin herencia.
Un recuerdo olvidado en un dolor que se rehúsa a dejarme. Como un espectro atrapado en el hielo y las cenizas de una vida sin ti.
Y apoyo mi mano en el viento susurrante, como si un extraño cristal nos separara, esperando sin tiempo, el calor de tu mano al otro lado del abismo.
Tú eras mi vida.
Tú eras mi aliento de vida.
Y tú recuerdo, es la fuerza que me permite, atravesar el despecho y seguir en el limbo. Esperando ese encuentro que, quizás, jamás llegue.
Por: Luis Sadra.
YOU ARE READING
Limbo
PoetryNarra la desesperación de estar atrapado en el limbo, persiguiendo aquella sombra de ese ser amado, pero que no logra alcanzar, atrapado en esa oscuridad espesa y lúgubre.