Capítulo Único

4.4K 493 269
                                    

Ese día Shinra había acabado exhausto, tanto que apenas le dieron el alta y luego de hablar con el capitán del primer escuadrón, lo único en lo que deseaba dejarse caer era en su cama.

El recuerdo de su hermano Sho se repetía una y otra vez en su cabeza al cerrar los ojos, como también el incendio de hace doce años. Habían sido demasiadas verdades y muchas emociones para un solo día, por lo que ya no tenía ánimos de pensar en nada más.

De pasada recordó escuchar a Maki diciéndole que Arthur estaba muy preocupado por él cuando supo de su estado grave debido a las heridas recibidas, y que incluso había irrumpido en medio de la cirugía para cerciorarse de que estuviera bien.

─Podrá ser un idiota, pero... deberé agradecerle el gesto─murmuró Kusakabe para sí y colocándose en posición fetal, quedando su mirada hacia la pared.

Con el transcurso de las horas acabó durmiéndose, dejándose llevar por su subconsciente, esta vez teniendo un extraño sueño que parecía no ser tan malo. Al anochecer llegó su compañero de cuarto, Arthur, encontrándose con un dormido Shinra en la cama de arriba; bufó tras verle, aunque el alivio reinaba en su interior al saber que ya estaba bien, recuperado y renovado para pelear.

La batalla había sido bastante dura, con enemigos a los que no podían subestimar, y luego quedó Shinra, casi moribundo y con una espada incrustrada en su abdomen llamando a duras penas a su hermano menor.

Sin duda era alguien de admirar, pese a que nunca se lo diría.

Se quitó el traje de bombero con tranquilidad, terminando por ponerse su pijama del que se jactaba le hacía lucir como un héroe; dejó a un lado a excálibur, preparándose para dormir.

Los minutos corrían y sus ojos seguían abiertos, sintiéndose inquieto, como si quisiera gritar o decir algo. De repente ve que la mano de Kusakabe quedó colgando desde el borde de la cama, y Arthur la observó con duda, sin embargo cuando menos lo esperó ya se hallaba tomándola.

Su piel era suave y cálida, algo raspada por la pelea de hoy, pero de igual modo hacía latir fuertemente su corazón por esa mera acción; disfrutó del contacto para luego soltarle despacio, y en un acto involuntario se asomó a ver en qué posición estaba Shinra durmiendo.

Se encontraba a escasos centímetros del borde, sumergido en el mundo de los sueños; por un segundo agradeció no haberlo despertado. Antes de proceder a su segunda acción, el rubio se relamió los labios, y en un rápido movimiento agarró a Kusakabe de la polera para plantarle un beso en los labios, sin darse el privilegio de saborearlos, ya que enseguida le soltó.

Shinra despertó debido al impacto contra el suelo, viendo hacia todos lados confundido; por qué estaba ahí, si hace un segundo estaba en su cama?

Y otra cosa...

Quizás había sido parte de su sueño, pero percibió una ligera presión sobre sus labios; al instante su mirada recayó en su compañero rubio.

─Hey, Arthur─le llamó demandante tras ver que le daba la espalda, aparentemente dormido─. Despierta, cabeza hueca!─esta vez le removió con fuerza, logrando que al menos le mirara.

─Qué demonios quieres?─le preguntó Arthur fingiendo cansancio, mas completamente nervioso en su interior─. Sabes la hora que es?

─Pues sí, a estas horas tú me hiciste caer de mi cama!─le reclamó Shinra, apuntándole de forma acusadora.

─Soy un héroe, pero tú no eres mi princesa para rescatarte, idiota─le reprochó Arthur, volviendo a darle la espalda.

─La que parece princesa aquí eres tú, imbécil!─Kusakabe se cruzó de brazos, estando muy seguro de lo que iba a decir─. Yo no soy de robar besos de una manera violenta.

El rubio reaccionó al escuchar aquello, ahora sí no queriendo voltear a verle; se había dado cuenta? le había pillado siendo que estaba totalmente dormido?

─No sé de lo que hablas... ─se excusó Arthur en voz bajita, haciéndose bolita bajo las cobijas. No obstante, Kusakabe imitó su acción de antes, agarrándole por el cuello de la polera.

El silencio hacía todo más incómodo, aunque a Shinra no parecía afectarle. Arthur necesitaba que dijera algo, lo que fuera, porque el show de hacerse el fuerte bajo su agarre no le duraría mucho.

Y de la nada pasó.

Arthur contuvo el aliento tras sentir los labios de Shinra apoderándose de los suyos con suavidad y lentitud, como si quisiera tomarse su tiempo; sus mejillas se calentaron de súbito, y sus brazos se morían por rodearle el cuello y atraerle más hacia sí.

Y por su orgullo no lo hizo.

─Si querías un beso, solo tenías que pedírmelo, no hacerme caer de la cama para conseguirlo─le respondió Kusakabe después de separarse, sonriendo ante el notorio sonrojo del rubio.

─Me tenías preocupado... y mucho─le confesó Arthur, cubriéndose el rostro avergonzado─. Pensé que no saldrías de esta.

─Dijiste que nadie podía matarme, nadie más que tú─Shinra se acercó a él, descubriendo la cara hecha tomate del autoproclamado rey caballero─. Por eso fui fuerte y estoy aquí, y claro que por mi hermano también.

El rubio desvió la mirada, haciendo que Shinra riera. Sus sentimientos por el portador del Adolla Burst habían salido a la luz por culpa de un pequeño accidente, pero supo que Kusakabe era astuto para comprenderlos y sentir mediante ese simple beso lo honestos que éstos eran.

Incluso si Shinra quería oírlo directamente y desde sus labios, no le daría en el gusto pasando de su orgullo. Al menos no por ahora.






PD: Para quienes quieran leer más de esta pareja, tengo un libro titulado "El Challenge Imposible", en donde hay más one-shots de ellos💛

Accidente | Shinra x ArthurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora