Azúcar

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Yeonjun se despierta a las 10:00 A.M. por unos molestos golpes y gritos provenientes de su vecina.

-VECINOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.

Se escuchaba muy cerca lo que gritaba desde lejos y Yeonjun no hizo nada más que levantarse, abrir la puerta y al ver la cara de su vecinita quinceañera cerrarla nuevamente. Rutina de casi todos los días.

Yeonjun satisfecho con el portazo que le dio a la cara de su vecina fue hacia su cocina y saco su gran tarro de azúcar cuando dé repente escucha un llanto demasiado falso como para abrir la puerta.

-Que loco.- Yeonjun casi siempre habla solo. Con una vecina así ¿Cómo no hacerlo?.

Se sigue escuchando el molesto llanto y Yeonjun como si nada, hasta que tocan su puerta. Él dispuesto a abrir la puerta sin miedo de que sea su vecina la que está tocando deja de hacer lo que estaba haciendo, se dirige hacia la puerta y la abre.

-Hola buenos días, vecino, ¿Me puede regalar una tacita de azúcar?.- Pregunta una señora mayor muy amable.

-Sí, claro.- Responde Yeonjun con una amabilidad que nunca antes Violett había visto.

Sí, Violett estaba ahí.

¿Donde?

Aynose.

Yeonjun sin sospechar nada, fue hacia su cocina, hizo lo que tenía que hacer y regreso hacia su puerta para entregarle el azúcar a la señora mayor.

-Gracias.- Dicho esto la señora se voltea y se va a un lugar no muy lejos.

Yeonjun iba a cerrar la puerta para regresar a su cocina y comer tranquilamente su desayuno, pero detuvo la puerta cuando algo casi inesperado sucede.

-Toma mijita.- Dice desde al lado la señora que antes le había pedido azúcar a Yeonjun.

La chica a quien la señora le estaba entregando el azúcar tomo la taza de azúcar y salió corriendo hacia la puerta de Yeonjun

-GRACIAS VECINITO HERMOSO.- Y corriendo Violett llego hasta su casa.

-Maldita loca.- Susurró Yeonjun cerrando la puerta y se volteo para desayunar.

El imbécil de mi vecino; Choi Yeonjun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora