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No existe la realidad, existe tu verdad.

Vivimos en un mundo lluvioso. Esa lluvia representa la tormentosa y apabullante abundancia de estímulos que suceden unos tras otros como gotas cayendo hacia el vacío.

No existe una realidad, somos las personas quienes dibujamos a papel y lápiz cada día el reflejo de la vida. Para unos ese reflejo será artístico, creativo, grande, maravilloso. Para otros no es más que una lucha, una batalla de grandes caídas y levantamientos.

Hay quienes aceptan la lluvia y recogen de ella el agua más purificada. Avanzan y sienten el día a día como un crecimiento. Hay quienes se deprimen y trasladan la tormenta que hay fuera hacia sus adentros.

Una lluvia de estímulos. Una lluvia de sensaciones. Una lluvia de creencias. Lluvia de éxitos y fracasos. Una lluvia que cae sobre mojado, sobre los charcos de nuestros pasados. Y lo único que está en nuestras manos, no es recogerse bajo techo para dejar pasar el tiempo y consumir la vida, si no salir ahí fuera y danzar al ritmo de las gotas que chocan contra el suelo.

Es la alegría de vivir, la alegría de aprender a percibir el mundo en todo su esplendor, con entusiasmo y sin miedos.

¿Sin miedo? Sí, sin miedo. Sin miedo ni siquiera al resfriado de resultar empapados. Cerrar los ojos, respirar profundamente, y envolverse en la magia de la conciencia, y al volver a abrirlos, sentir el mundo en plenitud.

A DIFFERENT PERCEPTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora