Aceituna

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Entre en casa como siempre hago. Era un día normal como cualquier otro. Entre flotando a la cocina donde estaba mi madre montada en su unicornio cortando un tomate.

Me miro con ternura. Cogió el trozo de tomate y me lo estampó contra mi cara.

Sonreí, fui flotando hacia ella y le di una patada que hizo que volara y rebotara por toda la cocina.

-¡YURI HENTAI TOMATINA DE LAS FLORES JUTINENSES! ¡PARA ESTO!-pero me marche de allí. Me salieron alas, y fui a casa de mi amiga jutini.

Me recibió con sus ocho brazos y me abrazo. Pero también le di una patada, y se voló a través de la ventana hasta brasil.

Allí  fueron muy majos con ella. Le hicieron incluso una sopa de macaco.

Y como hago todos los días, volé por los cielos, encontrándome con vacas y cabras tomadas de la pata muy felices. Por otro lado había una patata y una zanahoria con ojos y boca.

De repente, mis brazos se convirtieron en tentáculos, y se movieron de un lado a otro. Pero como siempre, mis alas fallan, me caigo y me muero.

Fin

NoEntresAquiTeSangraranLosOjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora