Mascara.

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Muchas gracias por su apoyo, lamento mucho la tardanza con las actualizaciones pero he estado leyendo un par de historias que comieron mi tiempo.

Como siempre los personajes no me pertenecen yo solo ocupo sin fines de lucro.

Capítulo II. Máscara.

-.-.-.-.-.-.-.- Jade -.-.-.-.-.-.-.-.-

Después de que Anna se negara a dejar que pagara por su comida, Jade la siguió hasta su carro, sin embargo las palabras de la pelicobre seguían sonando en su mente.

Aquel era un sueño que pensaba había muerto hacia bastante tiempo, pues aunque había tomado clases de teatro, cursos para escribir guiones y dirigir una obra, cuando cumplió los dieciocho años, su padre le dio a escoger entre perseguir su sueño o seguir siendo apoyada económicamente por el a cambio de estudiar derecho.

Fue una decisión difícil para ella, por un momento en realidad pensó que su padre la apoyaría en sus ambiciones, pero se equivocó, el quería que siguiera sus pasos. Fueron semanas en las que pensó en todas las posibilidades, en todas las formas para poder seguir con su sueño, pero se dio cuenta que sin contactos, y siendo aún desconocida en el medio, era prácticamente imposible que lograra llegar muy lejos, claro que pensó en pagarse ella misma la universidad en una carrera que le diera más oportunidades para poder lograr lo que se proponía, pero no solo era la carrera, sino que tendría que irse de la casa de su padre, pagar sus gastos, y en un trabajo de medio tiempo apenas y podía sacar lo suficiente para sus propios gastos. Y por ello tomo la que creía era la peor decisión que había tomado en su vida, pues ahora su padre con cualquier pretexto la amenazaba de quitarle su apoyo.

Pero las palabras de Anna no sólo habían despertado aquel sueño, sino que por primera vez en mucho tiempo sentía aquella confianza que solía caracterizarla.

- Si digamos, acepto tu propuesta ¿como le haríamos?

Los ojos de Jade veían el asfalto de la calle que transitaban.

- Te doy el dinero, tu te encargas de hacer la obra. - La sonrisa de Anna era tenue apenas perceptible. - El teatro no es mi fuerte, solo he visto una obra en mi vida, por lo que dudo poder ayudarte.

Nuevamente la pequeña esperanza creció en el pecho de Jade, pero por el momento necesitaba pensar con cuidado la propuesta, por lo que decidió dejar el tema por el momento.

- ¿Que obra era?

- ¿Disculpa? - la pregunta tomo desprevenida a Anna.

- ¿Que obra es la que has visto?

Las mejillas de Anna se sonrojaron junto a las orejas de la niña, aclarándose la garganta pronuncio un ruido apenas parecido a una cuántas palabras.

Divertida con la actitud de la pelicobre, Jade esbozo una gran sonrisa, decidiendo molestar a la niña.

- Perdona no logre escucharte.

Anna se volvió a aclarar la garganta, como si quisiera toser. - Mi mamá pensó que era buena idea llevarme a ver una obra para mi cumpleaños numero dieciocho.

- Que tierno. - Dijo Jade burlándose, pensando que la vergüenza de Anna era causada por la mamitis que parecía tener, sin embargo apenas escucho las siguientes palabras que fueron pronunciadas por ella, sintió como sus propias mejillas se calentaban.

- El nombre de la obra era el "Ciento veinte días en sodoma"

La razón de su sonrojo se debía a que conocía la obra con el mismo nombre, pero nunca pensó que alguien se atreviera a producir una obra con aquel libro.

Lucha por AnnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora