Los malos momentos siempre serán recordados, los buenos... no tanto.

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La luz del sol que entraba por la ventana de la habitación pegaba directamente contra la cara de Jungkook, haciéndolo fruncir el ceño y pronto comenzó a ser consciente del estado de su cuerpo. Soltó un quejido al sentir su cabeza palpitar y se llevó una mano hacia ésta tratando de menguar el dolor sin éxito.

Sentía su cuerpo pesado, adolorido y más una parte de su cuerpo en especifico, eso le hizo abrir sus ojos, cerrándolos al instante cuando la luz le molesto. Parpadeó adaptándose a la luz y observó a su alrededor, arrugó el entrecejo. ¿Dónde estaba?

Escuchó un suspiro a un costado y eso le hizo alarmarse, volteó encontrándose con una espalda desnuda con marcas de rasguños a lo largo de ésta, tragó saliva pesadamente y maldijo internamente. 

Se incorporó en la cama tratando no ser lo más silencioso posible que su cuerpo adolorido le permitía, agarró su ropa  que estaba regada por toda la habitación y se vistió rápidamente con sus sentidos en alerta por si el hombre acostado en la cama se despertaba. Recordaba quién era, lo sabía porque un hombre como Jimin son de esos que solo te topas una vez en tu vida, sin embargo no recordaba, - al menos no del todo - cómo es que habían terminado compartiendo cama. 

Sin embargo algo que sí sabía, era que se habían divertido gran parte de la noche, debido a que habían varios condones usados tirados en el piso de la habitación que se lo daban a conocer y su retaguardia ardía deliciosamente, un recordatorio de que había disfrutado pero que no pudo gozar en sus cinco sentidos.

Cuando terminó de arreglarse dio un último vistazo a la persona plácidamente dormida en la cama y se despidió silenciosamente, al salir de la habitación, se dio cuenta de que se encontraba en un motel, sus mejillas ardieron furiosas y una vergüenza inmensa inundó sus sentidos.

No puede ser cierto. Pensó.

Tomó respiraciones profundas tratando de tranquilizarse, sacó su teléfono dándose cuenta de que eran las nueve de la mañana y tenía varias llamadas perdidas de la persona que hasta el día de ayer en la mañana era una de las más importantes de su vida. Decidió ignorarlas y marcó a Taehyung mientras caminaba rápidamente por los pasillos hasta salir de aquel lugar. Tuvo que llamarlo dos veces antes de que su mejor amigo descolgara el teléfono.

Un bostezo se escuchó al otro lado de la línea seguido de un hola adormilado.

—¿Dónde estás?— preguntó viendo hacia su alrededor tratando de ubicarse y buscando su carro, aunque dudaba mucho de que se lo hubiera llevado si es que tenía un grado alto de alcohol la noche anterior.

—¿Qué?

—Taehyung despierta, ¿Dónde estás?

—Yo...Mierda.— lo escuchó maldecir antes de contestarle.— No tengo ni idea de dónde estoy, pero hay alguien... alguien muy caliente por cierto.— Escuchó movimiento del otro lado y supuso que su amigo se había levantado de la cama o donde demonios estuviera.— Estoy viendo a través de la ventana y me parece que estoy en algún piso de un motel o de un edificio de departamentos.

—Hmm...— respondió mientras le hacía la parada a un taxi al no dar con su carro.

—¿Dónde estás tú?

—Al parecer estoy sobre la avenida tres.— dijo mientras se subía al taxi.— A Royals por favor.

—¿Cómo es que terminaste ahí?

—De la misma manera en que tu terminaste quien sabe donde.— una risa escuchó del otro lado de la línea y sin poder evitarlo de igual manera sonrió, pronto se volvería en un recuerdo gracioso para ellos dos.

—Bien, ¿Nos vemos más al rato?— Preguntó su amigo.

— Tal vez otro día, iré a Royals a buscar mi carro y de ahí a poner fin a mi relación con Kyungsun.

—Al fin escucharon mis plegarias.— escuchó a su amigo con tono de alivio.— Bueno, entonces te deseo muy buenas vibras y no dejes por nada del mundo que te haga sentir mal con chantajes emocionales.

—No, descuida.— contestó Jungkook con una sonrisa dibujada en sus labios.

La llamada siguió todo lo que duró el transcurso del camino que recorrió el taxi hacia su destino, al bajar del carro Jungkook tomó aire rezando porque su carro estuviera aparcado en el estacionamiento, sino se arrepentiría de no haber sido más precavido con sus cosas, pero todos ese aire que estaba conteniendo de expectación salió con un suspiro de alivio al ver su carro estacionado en el lugar que lo había dejado la noche anterior.

Definitivamente no volvería a beber así como lo había hecho, se subió a su coche y emprendió camino hacia su casa.

Al llegar a su casa tomó una bocanada de aire y se preparó mentalmente para lo que sea que fuera que le esperaba dentro de aquella casa, Kyungsun podía ser un dolor de culo cuando se lo proponía y en algún momento le había parecido muy atractivo su persistencia, ya que a él le gustaban los hombres que sabían lo que querían y que daban todo de sí para conseguir lo que se proponían, pero en este caso, solo haría que las cosas se retrasaran más. Debía de ser firme y terminar todo de manera que quedara claro que ya no había nada que salvar de su relación, para que en un futuro a Kyungsun no se le ocurriera volver a buscarlo.

Al entrar a su casa todo estaba en silencio, frunció los labios, sabía que era la calma antes de la tormenta y como había pensado, al llegar a la sala vio a Kyungsun sentado en el sillón con sus facciones deformadas en un ceño pronunciado.

—¿Dónde estuviste toda la maldita noche, Jungkook?— preguntó Kyungsun con los dientes apretados.— ¿Y por qué no contestabas el teléfono? ¿Para qué lo tienes? ¿Lo traes de adorno o qué? Te estuve marcando toda la noche y no dormí nada por estar al pendiente si llegabas o me devolvías la llamada.

Las facciones de Jungkook se deformaron en un gesto de dolor, le dolía la cabeza y sentía una sed intensa.

—¿Qué, te resulta molesto mi reclamo? ¡Hey, te estoy hablando!— escuchó a Kyungsun detrás de él cuando hizo camino hacia la cocina buscando algo para tomar.

—Guarda silencio por un momento Kyungsun, haces que me taladre la cabeza.

—¿Estuviste tomando?— preguntó Kyungsun, aunque sonó más como una afirmación, pero después se formó un silencio antes de que se escuchará una exclamación— ¿Qué..? ¡Te acostaste con alguien!

Reclamó el hombre frente a él mientras se acercaba y le deslizaba más la camiseta, dejando al descubierto las marcas que hacían presencia en su blanquecino cuello.

—Vamos, solo fue un error. Pero podemos hacer que funcione.— dijo Jungkook con una sonrisa irónica pintando sus labios.— Ya sabes, yo te amo.

Jungkook vio exactamente el momento en que las facciones de Kyungsun pasaron primero a una cara de estupefacción y vergüenza a una de molestia e impotencia.


Jungkook vio exactamente el momento en que las facciones de Kyungsun pasaron primero a una cara de estupefacción y vergüenza a una de molestia e impotencia

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Tusa [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora