Este era un día como cualquier otro, Sara Goiburu y April Grey estaban llegando al instituto, era el primer día de clases luego de las vacaciones de verano, ellas eran mejores amigas y se propusieron llegar temprano al instituto, mucho más temprano de lo usual, ya que el año anterior se pasaron en las nubes sin hacer absolutamente nada durante las clases y este año se propusieron hacerlo bien.
HabIan llegado bastante temprano al instituto, aún no había llegado nadie sólo estaban Sara y April hablando de cosas sin sentido en el campus que no era muy grande pero por lo menos había uno.
Llego un momento en el que April necesitaba ir al baño, Sara decidió quedarse a esperarla.
Cuando April llegó al baño sintió una corriente de aire frío, bastante frío, era bastante inusual porque aún era verano y todavía hacia bastante calor. April no le dio mucha importancia y entró al baño a hacer lo suyo cuando por arriba de ella volvió a sentír ese aire frío de acerrato, levantó la vista hacia el techo vio una sombra oscura y con una sonrisa siniestra en su rostro que le susurró:
No le cuentes a nadie está experiencia o de lo contrarío te mataré a ti y a toda tu familia.
Pasó el tiempo y April hizo caso a lo que la sombra de dijo, está dejó de comer, no hablaba con nadie, sus notas bajaron.
Los padres de April no sabían lo que le ocurría a su hija, contrataron psicólogos, la internaron pero esta seguía sin mejorar.
Desesperados llamaron a Sara, para ver si algo podía hacer. Esta llegó a la casa de su amiga y se dirigió a la habitación de April y con una tranquilidad le dijo : soy tu mejor amiga puedes contarme lo que te pasa, confía en mi.
En medio de lágrimas y llanto April le confiesa todo lo que pasó ese día en el instituto.
Es en ese momento cuando Sara leventa la vista con una sonrisa macabra posada en sus labios "creí haberte dicho que no se lo digas a nadie".
