V I R U S ☣

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Denise

El zombie venía corriendo por el pasillo persiguiendo a Carter y Evan. Mi mejor amigo estaba aturdido, se le veía en la cara lo asustado que estaba. Por otra parte, Carter estaba muy asustado escondido detrás de Evan. La escena era graciosa y tierna, si no estuviéramos a punto de ser comidos por un zombie me habría reído.

— ¡Denise! - exclamó Evan— ¡Ayuda!-

Tenía que pensar rápido y ser más ingeniosa que el zombie. No podía perder a Carter y a Evan de una.

—¡Tengo una idea! — avisé — Ni se os ocurre moveros de ahí—

El zombie se estaba acercando, tenía poco tiempo y tenía que actuar rápido.
Pasé por detrás de los dos chicos y cogí el extintor que estaba colgado.

Me coloque detrás de ellos dos y esperé a que el zombie se acercase.

—Quedaros ahí— susurré.

Esperé a que el zombie se acercara a Evan y Carter, de esta manera lo golpeé en la nuca usando el extintor. Calló al suelo de inmediato en mitad del pasillo. Estaba algo así como inconsciente, si es que los zombies podían estarlo.

— Eso ha estado a punto- dijo Carter con un suspiro de alivio.

Se veía muy adorable diciendo eso, me alegraba mucho haberlo encontrado, no me lo habría perdonado si le llegase a ocurrir algo a él.

— ¿Donde has estado?— preguntó Evan dirigiéndose a Carter.

— Me he pedido, creía que era por el otro lado, pero terminé topandome con ese zombie- explicó.

—Bajemos de aquí antes de que nos topemos con otro zombie— dije.

Empezamos a caminar hacia la salida, pero nos encontramos con una profesora que nos miró con muy mala cara.

— No deberías estar aquí, salir a fuera y no volváis hasta que se os avise—

No entendía el que hacía allí una profesora en pleno "incendio" aunque más que eso parecía ser una Apocalipsis zombie. Pero la obedecimos y salimos a fuera, volvimos al sitio de antes.

Noté que muchos nos miraban, seguro se estarían preguntando el porqué acabábamos de volver así sin más. Se podía ver la inquietud en el rostro de algunos. Decidí ignorar sus miradas y fijar la mía en Carter, de cerca se veía mucho más atractivo, era buen momento para entablar una conversación con él.

— Oye, muchas gracias por salvarnos a mi y a Evan— me sorprendió siendo el primero en hablar.

— Es lo mínimo que podía hacer- dije con una sonrisilla— No permitiría que un zombie os devorase—

— Si no nos hubieras ayudado ahora mismo yo y Evan seríamos parte de la horda de zombies que has encerrado en el laboratorio— rió— Veo que controlas bastante bien lo de los zombies—

La verdad es que tenía razón, controlaba los zombies a la perfección. Pero solo cuando se trataba de los videojuegos.
En la vida real era otra cosa.

— Pero solo ha sido suerte—

— De eso nada, has usado tu inteligencia para poder golpear al zombie aún estando en una situación así. Eres muy valiente, Denise—

Su comentario llegó a hacer que me sonrojara, se sentía muy bien recibir un cumplido de su parte. Pero aún así no me lo creía, había sido pura suerte.

— Gracias— dije con una sonrisa.

Seguí hablando con Carter, mientras que Evan seguía conversando con sus compañeros de Biología o cualquier cosa científica de esas. Pero la profesora que hibamos vistos antes junto a la directora logró captar la atención de todo el alumnado.

— Por favor escuchad, yo y la directora tenemos algo que anunciar — dijo la profesora con la que nos habíamos encontrado anteriormente.

— No hay ningún incendio, ha sido una falsa alarma. No sabemos si es un fallo técnico o una broma pesada de parte de algún estudiante, pero se investigara sobre lo ocurrido— anunció la directora— Las clases continuarán y todos regresareis a vuestras clases—

No podía ser posible, el Instituto estaba lleno de zombies y la directora nos estaba obligando a volver a nuestras clases, íbamos a morir todos.

Nadie dijo nada, todos volvimos a entrar al instituto. Yo y Carter nos separamos de Evan, él volvió a su clase y nosotros a la nuestra. Ambos subimos las escaleras con cuidado con miedo a encontrarnos con algún zombie, pero gracias a Dios, eso no sucedió.

Al llegar a nuestro aula, ya se había pasado la hora de literatura, ahora tocaba otra clase. Ni idea de cual era, no es que me importase mucho saberlo.
Todas eran igual de aburridas.

No volvimos a ver a la profesora de literatura, esa mujer estaba completamente loca, nos había dejado dentro del aula en un "incendio" y se había marchado como si nada.
Ella si que se merecía ser devorada por la horda de zombies.

En el momento en el que entró la profesora de lengua supe la clase que nos tocaba en ese momento.
No fue nada agradable saber eso, era cierto que odiaba a todas las asignaturas con todo mi alma. Pero os prometo que la clase de lengua es la que más detesto de todas.

Escuchar a la profesora hablar durante una hora no era muy fácil para mí.
Me aburría tanto que ni me molestaba en poner atención. Y esta vez sería aun menos posible. Esta vez mi cabeza no estaba solo enfocada en Carter como en el resto de clases, esta vez solo estaba pensando en los zombies y en lo que podía pasar si nos alcanzan.

También me aterraba el hecho de que le pudiera ocurrir algo a Evan, ahora Carter estaba conmigo y podría tenerlo vigilado y evitar que algo le pasase, pero Evan se encontraba en el piso de abajo, lejos de mi.

La profesora se encontraba dando su clase, el resto de mis compañeros la escuchaban con atención. Yo no lo hacía, estaba completamente pérdida en mis pensamientos. Ella me había llamado la atención un par de veces, porque estaba claro que no estaba haciéndole caso, pero eso no hizo que yo saliera de mis pensamientos.

El fuerte golpe en la puerta que se escuchó fue el que me sacó de mis pensamientos. La profesora corrió a abrir para ver que ocurría.
Yo me temía lo peor, lo más probable es que un zombie sea el causante de esto y terminara devorándola, y los siguientes seríamos nosotros.
Yo era demasiado joven para morir, tenía una larga lista de cosas que quería hacer antes de morir. Y esa lista incluía cosas desde bailar en ropa interior en un supermercado un domingo a la mañana a casarme con Carter y celebrar la boda en la luna. Por eso necesitaba a Carter vivo y a Evan también, él seria nuestro padrino de bodas.