El fantasma en la pesadilla

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Me encontraba descansando, aquella había sido una apresurada y agotante jornada con la pala, la guerra había llegado con sus estragos al joven pueblo de San Patricio, muchos señores feudales y ricachones habían tomado medidas drásticas en sus desplantes de egoísmo y falta de desapego con sus tesoros.

Mi patrón estaba utilizando la vieja práctica pirata, enterrar un sarcófago con muchos de sus bienes en el interior.

Y ahora yo estaba cavando el hoyo en el cual sería ocultado de los acosadores e invasores, pero ahora ya casi finalizando mi labor estaba tomando un descanso, uno pequeño, estaba en el fondo del hoyo con las manos sobre las rodillas.

El cielo amenazaba con lluvia, el alba estaba llegando al gran abedul, yo estaba cavando a un lado de sus raíces, nos iluminaban los resplandores rojos que venían de la ciudad, el fuego y las explosiones no cesaban, fuera del hoyo el patrón esperaba desesperadamente junto con otros dos y el valioso cofre.

- Si, ya lo vi, el puto cofre que no pude obtener- dice con voz de resignación.

-Oye estoy narrando la historia- responde con reproche

- Maldita sea. Soportar tu narración cada noche por nada, mira ¡ahí está ese cabrón de nuevo!- conteniendo el grito con desesperación.

El interlocutor responde - Pues un trato es un trato, tú aceptaste pasar esto.-

Mira alrededor y replica - ¡Oh no! ya está empezando la lluvia, viene mi parte menos favorita.

Dando un tono de reproche - ¿Crees que yo lo disfruto?

Aquel soñador grita al responder - Yo no disfruto tener que vivir esto cada vez que duermo.

El espíritu en contesta con voz alta - ¿Deja de llorar, seguirás lamentándote por el pago que tu mismo aceptaste dar?

Ambos se comenzaron a insultar, el uno al otro se repetía-¡Jodete¡- hasta que el soñador vino con una respuesta que el mismo creyó muy creativa - ¿Sabes qué? Metete tu maldito insulto por tu culito trasparente yo me voy.

Entre risas e ironía el espíritu respondió- mal agradecido ¡vete! si es que puedes.

El soñador se mantuvo en silencio y con una mirada de odio. Entonces el espíritu respondió - ¿Puedes?- A lo que el soñador respondió -No puedo despertar.

El patrón y los otro dos apuntan con sus armas.

El soñador se encoge en su posición y con voz ahogada dice -¡Ay no¡ ahí viene- Pero en medio de la desesperación concibió una idea y la expuso - Mato a ese infeliz a cambio de que me dejes de molestar, ¿trato?

El espíritu con una sonrisa simulada añade - Preguntaste en el momento indicado, justo cuando estoy viendo su odiosa cara bonita.

El soñador ofuscado y lleno de adrenalina se dirige al espiritu-¡Con un demonio¡ ¿sí o no? El espíritu con cierto aire de alivio asintió -Sí, claro que sí, trato hecho- seguido del siguiente lamento -Esto va a doler.

BANG, BANG, BANG (disparos).

El Heavy metal kidWhere stories live. Discover now