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Mista y Fugo habían avanzado, al menos sabían que el secuestrador estaba en Florida, no se había movido de lugar, así que sospecharon que era un estudiante de la escuela de Jolyne, habían investigado a todos y tenían un sospechoso.

— ¿Cómo dijiste que se llamaba? ¿Anastacia, Azul? — preguntó Mista.

— ¡Anasui, imbécil! — gruñó el rubio, Mista parecía ser astuto y ágil, pero era tonto en ocasiones.

— Vamos hombre, no te pongas así, ya vamos más adelantados, estamos a nada de encontrarla — alentó el pistolero, Fugo no mostró alegría, se quedó pensando.

— Tengo miedo de que la encontremos muerta o quizás ya cambiaron su rostro, hay muchas posibilidades y creo que haber matado antes no me trae remordimientos, pero decirle a un padre que su hija murió... es duro — deliberó, Mista entendió eso, también se sentiría mal si la encontrasen muerta.

— Esperemos que no, por la foto se ve que es una chica bonita y a ellas principalmente las quieren para trata o algo así, al menos la sacaremos de ese infierno — mencionó Mista, trataba de darle ánimos a su amigo.


24 días desde la desaparición
de Jolyne, 06:25 AM

— Amor, tu desayuno está listo — Jolyne sacudió al hombre para despertarlo, para rematar lo besó para que finalmente se levante de la cama.

— Buen día mi vida — rió Anasui mientras se estiraba — Veo que eres una mujer prevenida, nuestros hijos saldrán igual a ti — comentó con ánimos.

— ¡Pero yo les pondré los nombres! — dijo bastante animada, él asintió y se levantó con ánimo, en lo que el se metería a bañar ella prepararía sus cosas para la escuela, todo lo hacía de manera alegre.

Fugo y Mista estaban por esas casas, con sus técnicas Fugo detectó el aroma de la chica, era poco, pero podía darles una pista.

— ¡Sabía que sería fácil! — Mista preparó sus balas esperando indicaciones.

— Aguarda un poco, hay demasiadas casas, seremos cautelosos... — advirtió el rubio.

Jolyne desayunaba junto a Anasui, mientras hablaban de unas cosas, él ya estaba listo para ir a la preparatoria, Jolyne también estaba vestida, pero porque a ella no le gustaba estar en pijama.

— ¿Te vas 7:30? Faltan 10 minutos — la joven lo abrazó cálidamente, Anasui correspondió.

— Tenemos 10 minutos para divertirnos — respondió con picardía, aunque el trauma de Jolyne sobre sus abusos aún seguían.

— Mejor... escuchemos música mientras saco el helado — sugirió la chica y corrió hacia la nevera.

Anasui y Jolyne escucharon como golpeaban la puerta fuertemente, él se asustó, ¿y si era la policía?

— ¿Qué hacemos? — preguntó alterada, él le dijo que subiera y se encerrara, pero cuando ella iba a subir era demasiado tarde.

— ¡Jolyne! — exclamó Mista, quien apuntaba a Anasui con su pistola.

Fugo entró y le lanzó un gas a Anasui, de repente se le complicó respirar, Jolyne lo miró preocupada y corrió a auxiliarlo.

— ¡Amor, resiste! — rogó la chica sosteniendo su mano.

— ¿Amor? — Fugo entendió que desarrolló Estocolmo, era su secuestrador y aún así se enamoró de él, esto lo hizo enfurecer, entrando en un ataque de ira — ¡Le lavaste el cerebro a una chica! — se acercó a Anasui y comenzó a golpearlo, el otro no podía defenderse por su respiración — ¡Muere hijo de puta! —

— ¡Para! — Jolyne golpeó a Fugo, este no la vio venir, así que el golpe le desconcertó.

Mista actuó y tomó a Jolyne, ella forcejeaba y lloraba gritando el nombre de Anasui.

Fugo tomó su teléfono y llamó a Jotaro, sólo le dió el nombre de la calle y que Jolyne estaba bien, aunque volvió a golpear a Anasui, dejándolo inconsciente.

— ¡Anasui, resiste! — Jolyne no podía soltarse del agarre de Mista, eso sólo la frustraba más y lloraba con más intensidad.

— ¡Jolyne, todo acabó, abre los ojos, él te hirió y a toda tu familia, no te dejes engañar! —

Jolyne pensaba en las palabras del italiano, ¿herir a toda su familia? fue ahí cuando recordó a sus padres, su tío-abuelo, su abuela, sus amigos, todo este tiempo que estuvo con Anasui los había olvidado, no se preocupó por ellos.

— Pero Anasui me ama y me quiere proteger... — murmuró entre lágrimas, Mista no podía creer el daño que le causó como para que pensara así de su secuestrador — ¿Por qué la policía vino por él? — comentó con una voz decaída, pero al menos se creyó de que eran policías.

Pasaron 7 minutos donde Mista trataba de consolar a Jolyne, Fugo vigilaba a Anasui y fue ahí cuando Jotaro llegó, corrió hasta la casa y vió a su hija sentada.

— ¡Jolyne! — Inmediatamente fue y la abrazó, estaba tan agradecido con que siguiera con vida, incluso sonreía.

— Sueltame — ordenó la chica.

Jotaro no entendió nada, ¿escuchó bien?

— Señor Jotaro, presentó el síndrome de estocolmo, su secuestrador era de su escuela — interrumpió Fugo, quien miraba seriamente a Jotaro, este no podía creerlo.

— ¿Anasui? — lo miró en el suelo, lo conocía porque era amigo de Jolyne, pero nunca creyó que fuera capaz de una atrocidad así.

— Cariño... — Jotaro abrazó nuevamente a Jolyne, ella estaba en un estado de shock, no podía procesar quién era el malo.

[ ... ]

Jotaro se encargó de encubrir a Mista y a Fugo, la policía cerró el caso, Jolyne iba a ser tratada por un psiquiatra, pues notaron que tenía signos de maltrato y abuso.

Al enterarse de que apareció, sus familiares no dudaron en ir con ella, su madre llegó y la abrazó fuertemente mientras lloraba.

— ¡Jojo, creí que te había perdido para siempre! — aunque la mujer mostraba un gran afecto, Jolyne seguía seria, no mostraba una pizca de felicidad — ¿Jojo? ¿No estás feliz de ver a mamá? — preguntó con preocupación.

— Fue realmente afectada, la van a tratar — aclaró Jotaro, no debía contarles todo frente a ella, pues aún tenía ataques cuando nombraban a Anasui.

— Quiero irme... — susurró la menor.

— Pronto nos iremos, iremos a casa, a nuestra verdadera casa — contestó su padre alborotando el cabello de la joven.

𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨【𝓐𝓷𝓪𝓵𝔂𝓷𝓮】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora