⋆ 𝘮𝘢𝘬𝘦 𝘧𝘰𝘳 𝘮𝘦 𝘢 𝘴𝘰𝘧𝘵 𝘶𝘯𝘪𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦 ⋆

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Muchas veces soñé con figurar en el arte de algo que yo ame, ya sea desde el punto más banal al mas extraordinario, desde los tonos grises hasta los más coloridos.

Había pasado ya un año desde que conocí al chico que logró llenar esos huecos grises con colores en su plena saturación.

Siempre fui callado; las vistas siempre estuvieron en mi por mi vitiligo.

Suponía que ya era una figura para ver y sin hablar lograr entablar aunque sea un chiste. Al principio me resulto interesante, las personas me amaban por una condición médica, pero con el tiempo lo interesante se hizo aburrido y lo aburrido solo dejo morir.

Mi piel no es como cualquier otra requiere de cuidados ya que podría contraer enfermedades peores.

Al tacto del sol nunca me acostumbré, ya que quemaba como braza de fuego, muchas personas pueden soportarlo pero yo no.

Mi vitiligo es un llorón.

Sensible como herida abierta, claro como luz lunar y esparcido como charcos de agua, ella esta. Una gran parte de mi cuerpo se oculta tras ella, no la odio, simplemente es molesta.

Mi novio lo ama, dice que ha visto más de una milésima de estrellas en mi espalda y que el espacio anhela que se las devuelva.

Somos el recelo de muchas lunas y las obras más ocultas cuando nuestros ojos se cruzan.

Jungkook es tatuador. Recuerdo haber ido a su local a acompañar a mi amigo en su primer tatuaje, y ahí estaba, en su silla plasmando quien sabe que ideas en un papel que pronto figurarán en el cuerpo de otra persona como si de un lienzo costoso se tratara.

La mente de Jungkook era un universo que yo quería explorar.

Ese día luego de que Tae terminara su tatuaje, me lo crucé en varias ocasiones, resulto que vivía a dos pisos bajo el mío, era extraño ya que no recordaba haberlo visto. Tan discreto que paso de desapercibido frente a los ojos de alguien que lo ve todo.

No fue fácil hacer que salga conmigo, Taehyung tuvo que hacerse muchos tatuajes para que yo pudiera robar un milisegundo de su mirada, pero al final del día nunca funcionaba.

Me preguntaba el porqué a la hora de ir a la cama para el día siguiente tomar el mismo tren y ir al mismo sitio pero con diferentes caminos.

Me llevo un dos meses robar más que una mirada pero lo logré. Nuestra primera cita fue interesante, pensé que hablaríamos de mi enfermedad por eso una noche antes me senté a estudiar todo lo posible que pudiese preguntar, pero resulto que es un chico tan interesante que no solo no hablo de ello si no que simplemente lo ignoro.

Muchos paseos por la arena de busan, muchas fogatas en la playa y bebidas de más hicieron de Jungkook el arte que yo tanto amo amar.

El tiempo juntos nunca perdía su color. Era de noches en la playa a fin de semana en la plaza; era de besos en el estudio a abrazos en la cama, era de ver como Jungkook abría un universo nuevo para mí cada día de la semana.

- ¡Jimin, ya llegué! - En temporadas de verano, Jungkook trabaja más por la cantidad de turistas que venían a vacacionar. Nunca me molestó, solo que su presencia se hacía escasa por la mañana.

Estaba recostado en la cama, él sol estaba en su punto crucial, si salía lo más probable que termine siendo una fogata humana. Apenas salude.

A muchas personas les trae desgracia los días nublados, las lluvias entre otras. Mi única desgracia aquí es esa bola de fuego a miles de kilómetros.

- Así que aquí estás. - Comento tras zambullirse en la cama para llegar a mi. El aire adentro del departamento era templado, por lo que no hacia tanto calor como para estar separados. - Te extrañé mucho hoy.- Murmuró en mi oído una vez que sus tatuados brazos se habían vuelto enredaderas en mi vientre.

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⏰ Última actualización: Feb 14, 2020 ⏰

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