Hospital Psiquiátrico | KOOKGI

26.

Admitamos algo, la comida de aquel restaurante era deliciosa aparte el servicio era muy bueno, chicas y chicos jóvenes tratando de ganarse dinero como fuera posible dando así una buena vista al restaurante

—¿Porque no comes?— pregunto Jungkook mirando a Eunbi

—No tengo apetito— hizo una mueca— pero ... — sonrió mirando a los dos chicos— haré el esfuerzo

—¿Por que venían a comer ustedes dos solos?— pregunto de repente el más pálido mientras miraba su carne

—Nosotros dos solos ... — pensó unos segundos— no creo que seamos los dos solos, entonces ¿Tu no cuentas lindo?

¿Lindo? ¿Acaso le dijo lindo? , Las mejillas de Yoongi se sonrojaron inmediatamente tratando de quitarle la mirada a al carne

—Oh no, íbamos a venir con una de sus compañeras de su ex trabajo pero después ya no pudo, y no queríamos salir los dos solos así que el pensó en ti y pensamos que sería buena idea— intervino Eunbi

—Ya veo ... — murmuro

Los tres acabaron, pero uno de ellos tenía que volver a trabajar, enseñarle música a unos niños pequeños era algo que le había comenzado a llamar la atención a Yoongi

—Me voy primero— hablo la chica mientras se levantaba de la mesa satisfecha por al comida— Tengo que recoger un pastel y todo eso— río bajo — me dió mucho gusto conocerte — hizo una inclinación hacia Yoongi mientras sonreía — espero volver a comer con ustedes ... Nos vemos mañana Jeon

—¿Cuál era su nombre? — pregunto Yoongi viéndola partir

—Eunbi, tiene pareja — prosiguio jeon mientras dejaba el dinero en una charola donde se ponía la propia

—Que bueno, no me gustaria ver alguien soltero a tu lado— se levanto de la silla y espero a jeon— tengo que volver al trabajo

—Si, claro, te acompaño— se levantó rápidamente y salieron del restaurante caminando a pasos lentos— ¿Entonces no te gusta verme con Nako?

—¿Nako?, Al principio no— aclaro su garganta — pero es completamente indefensa así que no no me molesta verte con ella

Una risita de escucho a lado de Yoongi proviniente de Jungkook, se apresuró a tomar la mano del más bajo, sentir su suave piel contra la suya era algo muy dulce y sin duda podía acostumbrarse a eso

—¿Pasó por ti más tarde, de acuerdo?— dijo al mismo momento que lo soltaba para dejarlo ir a su trabajo

—De acuerdo— sonrió para después desaparecer entre la gente

Jamás había imaginado que hubiera pasado esto, solo había entrado a trabajar a ese hospital por casualidad, pero sin duda las casualidades son las mejores.