VII. FANTASÍA

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(El beso - Introducción)

Sus pupilas empezaban a dilatarse lentamente a medida que el ligero placer visual invadía sus sentidos. Una sonrisa empezó a asomar y la mirada no podía despegarse del cuadro audiovisual que tenía frente a ella, menos aun cuando lo único que registraba su cerebro era el rostro de su persona favorita.


Jisoo le había dicho que no haga magia dentro de casa si ella no estaba. También le había dicho que no salga de casa si ella no estaba. Pero entonces ¿Qué rayos podía hacer si es que justamente ella no estaba?

Se aburriría, así de simple.

Así que decidió tenazmente que igual haría magia dentro de casa. Finalmente Jisoo jamás se enteraría por la misma condición que limitaba las anteriores órdenes: Ella NO estaba.

Tomó la ropa de la pelimorada y se la puso. Un hábito que había adquirido con el tiempo; se le acabaron las revistas de moda y se fijó que no importaba cuán bien podría verse la ropa de revista que aparecía mágicamente a cubrir su desnudez siguiendo las tendencias, no era lo mismo, porque jamás olería a Jisoo.

Y ella disfrutaba del olor de su amo.

Podía pasarse horas cubriendo su boca y nariz con el puño de las casacas o poleras de la pelimorada, sólo porque tenían una combinación exquisita de olor de bebé, suavizante, vainilla y de ella misma.

Rosé también quería tener su propio olor.

Hizo una mueca.

¿A qué olería Rosé?

Cambió de canal una vez más.

Sonrió.

Allí estaba ella: Kim Jisoo, protagonizando un film que transmitían en canal 14. Uno que el genio estaba acostumbrándose a ver por la cantidad de películas divertidas y románticas que encontraba en su programación. Se quedaba horas viendo películas románticas. Lo extraño es que siempre sentía un vacío extraño en el estómago y se ponía muy nerviosa.

Incluso, a veces, intentaba cubrirse los ojos.

Teóricamente lo entendía, pero a veces deseaba poder sentirlo.

Cuando retomó su atención a la pantalla, Jisoo apareció en comerciales, presentando un extractor de jugos. Luego, en el siguiente canal, estaba dando el reporte del tiempo. Cambió una vez más y apareció protagonizando un drama conocido.

Jisoo podría ser una buena actriz.

Lo tiene todo, menos estatura, tal vez. Pero a quién le importaba la estatura cuando tenía rasgos tan perfectos y una piel tan delicada. O esos ojos misteriosos.

O esos labios rosados que parecen esculpidos con dedicación.

Cambió.

Un hombre joven estaba a punto de besar a la pelimorada en canal 23.

"¡NO!" El beso se estaba dando.

*Aplauso*

Desapareció Jisoo y apareció en su lugar un luchador musculoso, con barba, levantando un cinturón de oro.

Se escondió sonrojada bajo una almohada.

Por alguna extraña razón el genio había adquirido la manía de reemplazar a todos los protagonistas y presentadores que salían en televisión por una figura real de Jisoo. Así se divertiría y aprovecharía para verla los días que se quedaba sola en casa.

Dime tu deseo [Adap. Chaesoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora